Ritual cumplido: el Chaqueño cantó hasta el amanecer en el cierre de la Serenata a Cafayate

Cerca de las ocho de la mañana y con toda la platea de pie, bailando y agitando pañuelos, comenzó a despedirse. "Siempre voy a estar agradecido con ustedes. Nos vuelven locos", dijo antes de cantar la "Zamba de Cafayate" y "La sin corazón".

25 Feb 2018
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Se había anticipado que la última noche de la Serenata sería la de mayor concurrencia de público pero lo que muchos no esperaban es que a las diez de la noche se agotarian las entradas. El motivo desde hace 26 años fue el mismo: recibir el amanecer escuchando al chaqueño palavecino. Y así fue, el cantor del Rancho del Ñato subió a las 5 de la madrugada cuando paró la lluvia que cayó durante toda la noche y se quedó hasta pasadas las 9, como siempre. 
"Siempre es un placer venir a cafayate a pesar de todas las cosas. Hace 26 años que cantó aquí y todavía quedan muchos más. Me dijeron que se terminaron las entradas y muchos están escuchando desde afuera. Le pido a la organización que a medida que salga la gente que vino a ver a los otros artistas, lo vayan dejando pasar", dijo durante su saludo de bienvenida. 
El show del chaqueño transcurrió entre zambas, escondidos, chamames, gatos y chacareras que el músico compartió con invitados como el virtuoso bandoneonista cafayateño Lautaro Damico en "el pañuelito..." y Los hermanos palavecino en "alma chaqueña". También se lucieron ballets folclóricos 
En el primee trama del recital, el chaqueño  se.mostro desganado y fastidiado. Le dedico varias indirectas al sonido que al principio en las populares se escuchaba con dificultad, también al público. 
"Esta fría está serenata. No se si es el sonido
 Si son ustedes o soy yo. Antes ardiamos a esta hora", arengo a mitad del recital. "Estamos tratando de hacer lo que se puede", agregó y decidio cantar desde adelante del escenario mientras le daba órdenes a sus músicos. 
Con la llegada del amanecer cambió el ánimo y comenzó a bromear con la gente. Sin dudas, y aunque su registró vocal siga intacto, la fiesta en Cafayate depende de su humor. "Antes estaba triste porque no se escuchaba bien", dijo cuando le avisaron que se habían solucionado los problemas de sonido. "Menos mal porque de todo me echan la culpa a mi", agregó.

Se había anticipado que la última noche de la Serenata a Cafayate sería la de mayor concurrencia de público, pero lo que muchos no esperaban es que a las diez de la noche se agotarían las entradas. El motivo desde hace 26 años es el mismo: recibir el amanecer escuchando al Chaqueño Palavecino. Y así fue, el cantor del Rancho El Ñato subió a las 5 de la madrugada cuando paró la lluvia, que cayó durante toda la noche, y se quedó hasta pasadas las 9, como cada año. 

"Siempre es un placer venir a Cafayate a pesar de todas las cosas. Hace 26 años que canto aquí y todavía quedan muchos más. Me dijeron que se terminaron las entradas y muchos están escuchando desde afuera. Le pido a la organización que a medida que salga la gente que vino a ver a los otros artistas, los vayan dejando pasar", dijo durante su saludo de bienvenida. 

El show del Chaqueño transcurrió entre zambas, escondidos, chamamés, gatos y chacareras que el músico compartió con invitados, como el virtuoso bandoneonista cafayateño Lautaro D´Amico en "el pañuelito..." y Los Hermanos Palavecino en "Alma chaqueña". También se lucieron ballets folclóricos. 

En el primer tramo del recital, el Chaqueño se mostró desganado y fastidiado, le dedicó varias indirectas al sonido que al principio en las populares se escuchaba con dificultad, y también al público. 

"Está fría esta Serenata. No se si es el sonido, si son ustedes o soy yo. Antes ardíamos a esta hora", arengó a mitad del recital. "Estamos tratando de hacer lo que se puede", agregó y decidió cantar desde adelante del escenario mientras le daba órdenes a sus músicos. 

Con la llegada del amanecer cambió el ánimo y comenzó a bromear con la gente. Sin dudas, y aunque su registro vocal siga intacto, la fiesta en Cafayate depende de su humor. "Antes estaba triste porque no se escuchaba bien", dijo cuando le avisaron que se habían solucionado los problemas de sonido. "Menos mal porque de todo me echan la culpa a mi", agregó.

Con sus clásicos "Amor salvaje" y "La trampa" anticipó su despedida de la Bodega Encantada. "A veces no sé si venir o no, pienso que ya cumplí una etapa pero estoy muy agradecido con ustedes. Este amanecer es suyo. Sinceramente que Dios los bendiga", dijo ya emocionado y agradecido.

Antes de irse, el Chaqueño pidió que abran las puertas del predio para que entre la gente que escuchaba desde afuera. Las yapas fueron "Virgencita de la peña", "Luna de Tartagal", "La cerrillana", "Carpas de Salta" y "A mi legüero". "Gracias Cafayate", dijo y se despidió junto a todo su equipo técnico sobre el escenario.

Tras cuatro horas de show, el artista cerró la Serenata con un fuerte "Alegrate cafayate" y hasta el próximo año.

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