Nicolás Lucca es subeditor de Revista Noticias y pasó por Salta para participar del foro ‘Nuevos Desafíos del Periodismo’, organizado por la fundación Federalismo y Libertad. Allí debatió sobre la libertad de expresión y prensa en Argentina. También diálogo con LA GACETA y habló sobre otros temas como el informe que demostró la venta de datos por parte de la empresa Facebook.

-. ¿Cómo analizás la realidad de la libertad de prensa y expresión en Argentina?

La libertad de expresión no está en riesgo en la Argentina a pesar de lo que quiere plantearse desde algunos organismos. Partiendo de la base que para que haya una réplica a la opinión de otro, ese otro tuvo que sentirse libre de opinar. Si a vos te molesta lo que te dije y me insultás o me agredís puedo considerarlo una censura. Pero si reaccionaste así es porque yo ejercí mi libertad a expresarme.

Si bien aparecieron algunos casos esporádicos, en Argentina no hay censura previa. O sea, somos libres de poder decir lo que queramos, también somos libres de bancarnos las consecuencias.

Hoy en día con el tema de las redes, están todos muy nerviosos, pero las redes también te dan herramientas para que generes tu propio clima y te sientas cómodo. Esto de decir que no te gusta lo que dice fulanito y querer callarlo no es bueno, directamente no la escuches. Desde ese punto creo que no hay problemas. Ahora si lo llevas al lado empresario sí creo que hay un serio problema de reducción de personal para que cierren las ecuaciones económicas de las empresas. Es una realidad que afectó a todos, incluso a las grandes empresas. Pero esto lo veo como una cuestión más económica que de libertad de expresión. Duele aceptarlo porque estamos ahí. En el caso de mi empresa no se echó a nadie, pero aceptamos que se nos pague el sueldo cuotas; es una realidad económica generalizada.

-. Remarcaste que hoy por hoy la libertad de expresión no está en riesgo ¿Creés que años atrás sí lo estaba?

Yo creo que el mayor problema es la autocensura. Desde ese punto de vista puede pasar que una persona se sienta inhibida cuando cada vez que habla recibe miles de insultos. Desde ese punto puede haber y lo entiendo, incluso me pasó a mí de decir ‘sobre este tema no vuelvo a hablar, me autocensuro’. En tiempos pretéritos la autocensura era más fuerte si tenías nombre y apellido y decidías callarte algunas cosas por temor a alguna represaría. Imagínate si comprabas dólares o sacabas un pasaje en avión y te escrachaban.

-. En la actualidad se dice que el gobierno de Mauricio Macri está protegido por un blindaje mediático ¿Estás de acuerdo?

Desde editorial Perfil hay cero blindaje. De hecho más de una vez, cada vez con mayor frecuencia, hay ciertas consideraciones a las notas de la editorial como ‘notas opositoras’. Desconozco cuál es la realidad de los dueños de las empresas, sí sé que en el medio en el que trabajo no hay bajada de línea para hablar a favor o en contra del gobierno.

Incluso no sé si la palabra correcta es blindaje. Si mirás el tema de las offshore, hay una nueva realidad que los periodistas no siempre estamos preparados para analizar y eso se puede interpretar como blindaje, cuando puede ser que no haya delito y no lo entendamos o no sepamos cómo abordarlo.

-. ¿Cómo analizás la libertad de prensa respecto a las redes sociales y los medios digitales?

Es uno de los temas más vigentes. El despelote por las fake news y Facebook es todo un tema. El mayor problema con las fake news no es la noticia falsa en sí, sino darte cuenta que hay que gente que las cree. A mí lo que me preocupa es ver que hay que gente que cree en esas cosas porque lo dice nadie. No es que una fake news sale publicada en un diario de tirada nacional y por eso resulta creíble. Lo que más te sorprende del fenómeno es que la gente crea en eso.

Ahora respecto al alcance de la libertad, hay una gran activista en materia de libertad como Beatriz Busaniche que lo resumió de manera brillante: ‘vos no podes solucionar la caspa decapitando a alguien’.

Si vos tenés un mundo de fake news en una red social como Twitter. Hablo de Twitter porque te permite el anonimato y por más que pueda molestar el comportamiento y uso de algunos usuarios, eso no quita que esa red haya sido el canal de la primavera árabe. No nos podemos olvidar de ese valor. Incluso los argentinos, sobre todo los que están en contra del kirchnerismo, no se pueden olvidar que Twitter es el 8M. Nos molestan algunas cosas, sí. Limitarlas sería limitar la libertad de todos, no estoy de acuerdo con eso.

-. Mencionaste el escándalo de Facebook ¿Cómo creés que este escándalo puede beneficiar o perjudicar a los medios de comunicación?

Los medios que nacieron digitales tienen mucho más para ganar que los tradicionales que se fueron volcando de a poco en el mundo digital. Por ejemplo, al Huffington Post lo tiene sin cuidado lo que pase con Facebook. Tiene un nivel de trafico orgánico propio generado por ellos mismos. Los que surgieron como blogs aparecieron antes de Facebook y sobrevivieron sin él pudieron sobrevivir con él pero tienen estructuras pequeñas y modelos de negocios pequeños. El problema de Facebook es que no solo se quedaba con tu contenido sino también con tu publicidad, entonces te ataca por todos lados. Por estas cosas un medio digital pequeño le escapa a Facebook.

Una gran editorial puede no tener ese problema, pero si tiene mucho que perder con la caída de Facebook porque la única forma que alguien que no compra tu diario lea tu nota era mediante las redes sociales. En ese punto de vista se verán perjudicadas. Pero cómo pasa siempre, los medios grandes y tradicionales seguirán sobreviviendo por su instalación y los pequeños también seguirán. El tema es saber qué pasará con los del medio. Si vos confiabas demasiado en la publicidad que arrastrabas y Facebook te morfó ya la ligaste.

-. ¿Imaginás que el informe que demuestra la compra de datos de Facebook puede generar un cambio disruptivo en los medios?

Facebook perdió el equivalente al PBI de seis países en un día, eso es a nivel económico de la bolsa. Pero ¿qué pasa con su imagen ahora? Si hay alguien paranoico, lo más seguro es que ahora no quiera abrir una cuenta.

Del mismo modo que Facebook demostró falta de filtros a las fake news, hoy puede ser víctima de lo mismo por una real news. Esta vez hay una noticia real que se replicó en todos los otros medios. Me preocupa el otro modelo publicitario, madre de todas las batallas, que viene detrás de Facebook y es más importante, es el que tiene Google desde hace años.