Ángel Martínez Haza ganó el concurso provincial 2017, en la categoría poesía con Estancia Recobrada. Nació en Cuba, en 1979 y vive en Salta desde 2018. Estancia Recobrada no es su primer libro (viene publicando desde 2006). El motivo de su llegada a Salta fue la Orquesta Sinfónica, donde se desempeña como concertista.

El libro se presenta mañana, a las 19, en el Centro Cultural Holver Martínez Borellli, en Alvarado 551. Y esa ha sido la excusa para mantener este diálogo.

Además de poeta, sos músico. ¿Hay alguna relación entre la poesía y la música?

En mi formación estuvieron muy vinculadas la música y la literatura. Una me ayuda a comprender y hacer mejor la otra. En el libro Estancia recobrada, por ejemplo, utilizo estructuras y sonoroidades de cuatro obras musicales del s XX para dar forma a los poemas. También el estudio de la poesía me ayudó a comprender mejor la música.

Vivís en Salta desde hace una década. ¿Qué autores locales te interesan? ¿Qué análisis hacés del campo literario de Salta?

He leído y continuo interesándome en la obra de varios escritores salteños contemporaneos, muchos de ellos conocidos o amigos. Me gusta la poesía de Leopoldo Castilla, la de Santiago Sylvester o la de Aldazábal. También estoy atento a la obra de Liliana Bellone y Marcello Sutti. Sólo menciono algunos. Hay mucho aquí para conocer. Diez años no alcanzan para conocer toda la creación literaria salteña. Lo más importante es leer a los escritores de la ciudad y el tiempo en que vives.

 En el poemario incluís tres haikus. Qué te interesa de esta forma.

 Cultivo el hayku desde hace veinte o más años. Es una disciplina contemplativa que requiere síntesis y trascendencia. A veces escondo un Hayku en otros poemas más extensos de verso libre, o los presento en grupos de a tres o cuatro. Me parecen divertidos y abarcadores.

Hay un poema muy particular, dedicado a Frodo, personaje del Señor de los anillos. ¿Cómo surgió?

Soy lector de Tolkien y estudioso de su narrativa. Ha influido en mis novelas. El personaje de Frodo puede ser visto como un viajero, alguien que está lejos de su casa y de su tierra. Hay un momento en el libro, que nunca aparece en el cine, donde Frodo se siente abandonado y distante, lleno de dudas. Es el momento que llevo al poema.

 El mar está presente en muchos de tus poemas. ¿Funciona como musa?

 El mar, el paisaje insular y el salitre se adentran en todos mis escritos, aunque yo no lo quiera. Los dejo estar porque son un fondo acogedor para las historias y los poemas. O quizás sucede que no he aprendido a separarme de ellos.