Llegan los últimos meses del invierno y es muy común ver a vecinos incendiar baldíos. Más allá del peligro físico que esto supone para quien manipula el fuego sin conocer sus riesgos, el suelo, plantas y animales, también se ven perjudicados.

Normalmente, explica a LA GACETA Ignacio Goitia, ingeniero agrónomo, se usaba limpiar un potrero como técnica ganadera para generar un rebrote de pastizal más rápidamente aunque existen plantas que están adaptadas a lugares en donde los incendios son comunes, como una estrategia de supervivencia.

“Cuando quemás la materia orgánica del suelo todo lo que se incendia se mineraliza y de esta manera estás agotando el banco de materia orgánica del suelo. El año que viene no vas a tener humus y el incendio hará que el suelo se mineralice y deje de tener materia orgánica. Es decir, tengo el dinero en una plazo fijo y lo saco a todo, no tengo ganancias entonces”, explica Goitia.

“Si estás por quemar un jardín o parque no tiene sentido, estas quemando tu plazo fijo obligando a la planta a que chupe todos los recursos que necesita ahora. Tendrás el pasto verde un poco antes, nada más”, insiste el especialista.

También derribó otro mito: “es mentira que si quemás habrá menos bichos. Las especies están adaptadas y se mueven. Quizás matarás los bichos que hay en ese momento, pero hay que recordar que existe la fauna benéfica y la perjudicial. La perjudicial son 3 o 4 especies mientras que la benéfica son cientos de especies que conviven en los ecosistemas y con un incendio matás todo”, concluyó Goitia.