En la madrugada del domingo una fuerte explosión en el Céntro Cívico Municipal de la ciudad de Salta conmocionó a los vecinos: además de los destrozos en el lugar, el radio de expansión  alcanzó a más 54 viviendas del barrio, en las que generó  roturas de puertas y ventanales, voladura techos de chapa de fibrocemento, agrietamiento en paredes y caída de mampostería.

Como el intendente Gustavo Sáenz dio a entender que se podía tratar de un atentado (o al menos dijo que era algo que no se podía descartar, el secretario de seguridad, Jorge Ovejero, salió a su cruce.

El funcionario provincial recalcó a LA GACETA que según consta en la investigación un guardia de seguridad privado antes del accidente dejó constancia en el libro de registro de la empresa que había sentido un fuerte olor a gas y que había cerrado la llave de una garrafa.

Por eso Ovejero descartó de lleno que se trate de un atentado.

Asimismo, enfatizó que el fiscal penal de la zona fue el que ordenó el accionar de los peritos de criminalística y de bomberos.

“Es un trabajo complejo, con rigor científico, lleva su tiempo y por eso se le da a la fiscalía todos le medios para que se trabaje con tranquilidad y se conozca qué pasó”, dijo.

Por otra parte, habló del accionar durante ese domingo. Dijo que se actuó de forma inmediata y que la policía fue el primero en intervenir en el lugar. “Se desplazó un importante cantidad de recursos para asistir a las personas que en ese momento estaban ahí. Y también para hacer un resguardo de toda la zona, porque se desconocía cuál podía ser el riesgo en ese momento. Fue el mismo jefe de policía, el director general de investigaciones. Estaban los jefes del área de inspección de bomberos”, indicó y añadió: “Se trabajó con absoluta seriedad, transparencia y neutralidad.

 Todas las preguntas se van a responder con pruebas científicas”, concluyó.