En el marco del mes de la Eliminación de la Violencia Hacia las Mujeres, se presentó la película "No me mates", la historia de una mujer que sobrevivió a un intento de femicidio. Mezcla de documental y ficción cuenta como el 2 de agosto de 2010, cuando Corina Fernández llevaba a sus hijas al colegio, al dejarlas, su pareja Javier Weber (disfrazado de anciano), le disparó seis tiros con un revólver calibre 32, en la calle y a plena luz del día. Acertó tres y erró los otros tres. Ella sobrevivió para contarlo y en la mañana de hoy habló con los medios.
“Un año y medio antes yo me había separado y había hecho 80 denuncias por rompimiento de la prohibición de acercamiento y otras cuestiones. Así y todo me pegó tres tiros”, dijo Corina a los medios locales.
Mi caso fue el primero en ser considerado como intento de femicidio. “Con esta experiencia he aprendido mucho sobre resiliencia, sobreponerse a un evento desafortunado, más allá de que las personas no vivan alguna situación más trágica como la que me tocó vivir a mí. Convivir con una persona violenta genera niveles de cortisol, (hormona del estrés) tal altos como los que tenían los judíos antes de ingresar a la cámara de gas, ¡imagínate lo que es vivir con un violento!, dijo Fernández a Fm Aries.
Las declaraciones de Fernández fueron contundentes contra la Justicia: “el 70% de los casos de violencia de género terminan en absolución o con expedientes cajoneados. Y si el hombre tiene plata olvídate, se cajonea de por vida”.
“¿Qué cambió en Argentina, después de tu suceso que fue hace ocho años?”, le preguntaron los medios y Corina respondió: “La conciencia social. Hoy nos reunimos, hacemos, hablamos, están las marchas de Ni Una Menos, en pos de la no violencia pero la Justicia está igual o peor. Es decir, no terminan de encontrar un mecanismo para parar la violencia”.
Al respecto de la Justicia argentina agregó: “hay que poner abogados penalistas en estos casos, eso yo no lo sabía sino el violento nunca va a ir. La única forma es cuando se le hace una causa penal: por hostigamiento, amenazas, golpes. No digo que los abogados trabajen gratis pero debería haber recursos para que todas puedan acceder a un abogado penalista”, concluyó.