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“Mamis en acción”: reparten comida para más de 300 personas de su barrio

Un grupo de ocho mamás del barrio Ampliación 20 de junio decidieron combatir el hambre en su zona con los pocos recursos que tienen. Cocinan a leña y sueñan con tener su huerta propia.
08 Dic 2018
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La crisis económica no da tregua y las clases media y baja son las más perjudicadas por el aumento de precios de productos de la canasta básica, el desempleo,  la desvalorización del salario y cuesta cada vez más llegar a fin de mes.

Para hacer frente a la dura realidad en diferentes zonas de la ciudad se abren merenderos y comedores gestionados por los propios vecinos y muchas veces con recursos escasos pero que son compartidos solidariamente con las personas de la zona.

Esto es lo que sucede en barrio Ampliación 20 de junio, donde un grupo de mujeres decidió enfrentar la crisis de forma comunitaria. “Esto lo hacemos por los chicos, son nuestro primer objetivo. Sabemos que la economía está difícil” comenta a LA GACETA Paola Vázquez de 22 años.

La mayoría de estas mujeres habían participado anteriormente en otro proyecto en donde eran cocineras pero el mal funcionamiento del mismo las llevó a intentar hacer algo en donde ellas sean las protagonistas y las gestoras.

Milagros y Paola condimentan la comida. Foto Iván Rodriguez. LA GACETA

Así fue cómo surgió el comedor “Mamis en acción”, que llevan adelante ocho mamás del barrio que cada día comienzan a picar verduras, carne o a poner agua a hervir bien temprano. A las 7 de la mañana se juntan en casa de Isabel, quien cedió espacio de su hogar para el funcionamiento del comedor.

Isabel Vizcarra está pronta a cumplir 44 años y tiene ocho hijos. Actualmente vive con cinco de ellos que tienen edades de entre 14 y dos años.

“Yo aprendí esto de mi mamá, ella solía tener comedores y también pensionistas” cuenta orgullosa del legado maternal. Ahora son sus hijos quienes se encargan de ayudarla en lo que ella necesita para el funcionamiento del comedor.

Más de 300 personas son las que, desde el lunes pasado van a la casa ubicada en la manzana 39 lote 8, para recibir su plato de comida. Tres ollas enormes contienen el alimento que se repartirá a las 12:30 a la mayoría de niños, abuelos y mujeres embarazadas que se acercan.

Una de las mamás del comedor. Foto Iván Rodriguez. LA GACETA

“Apenas terminamos de servir la comida tenemos que lavar las ollas y devolverlas” cuenta Tere Reyes mientras mezcla la sopa de crema que están preparando. Es que todo lo que tienen en el comedor es prestado.

Las ollas pertenecen a diferentes merenderos de la zona que las necesitan para hacer hervir el agua para el té o el mate.

Una mesa improvisada con pallets es el lugar en donde algunas de las mamás comen junto a sus bebés. Y un toldo colocado ante la primera lluvia sirve de resguardo por los inclemencias del clima.

Los hombres del barrio colaboran con las mamás. Foto Iván Rodriguez. LA GACETA

Nada las detiene. Si no hay donaciones, ponen de su propio bolsillo y se dan vuelta como pueden. En una planilla ordenada registran cada donación y cada persona que se acercó a buscar su plato de comida.

Guiso, sopa, carbonada o estofado son los menús que se cocinan a leña y que sirven de forma puntual. “Hoy hicimos sopa de crema porque no tenemos ni fideo ni arroz”, afirma Tere mientras Isabel, su suegra, bate un preparado de harina y agua que agregarán al caldo que hierve en el fuego.

“Por ahora tenemos verduras porque nos juntamos con las mamis y vamos a pedir al COFRUTHOS”, indica Paola.

Tere Reyes mezcla la sopa. Foto Iván Rodriguez. LA GACETA

Drogadicción, violencia, poca presencia de las instituciones del Estado, forman parte de la realidad que se vive día a día en este barrio que comenzó como un asentamiento hace 20 años.

Pese a lo que viven a diario las mujeres afirman que “no nos sentimos vulnerables” ya que “estamos juntas”.

Este grupo de mujeres tienen la certeza de que lo que están haciendo es solo el principio de algo y sueñan con tener un espacio mejor con un tinglado que las resguarde del sol y la lluvia, mesones, sillas y la posibilidad de repartir jugo y postre. Uno de sus anhelos también es tener la huerta propia.

Llegado el mediodía comienzan a acercarse los comensales y con la ayuda de algunos hombres sacan las ollas del fuego para comenzar a servir los platos.

María Julia Choque se acercó con sus donaciones. Foto Iván Rodriguez. LA GACETA

Una de las primeras en llegar es María Julia Choque, que se acerca trayendo algunas donaciones. “A veces hay trabajo y a veces no, por eso salgo a pedir y cuando puedo traigo” cuenta la mujer que no sabe ni leer ni escribir , lo que le dificulta poder determinar su edad.

Con una sonrisa en el rostro entrega para la comunidad las pocas mercaderías que consiguió y se lleva su plato de comida.

Así hacen 50 familias más que encuentran en el Comedor “Mamis en acción” la posibilidad de combatir el hambre y hacer frente a la crisis económica.

El comedor necesita mercaderías como fideos, arroz y carne. Para donaciones podés comunicarte con Tere al 3875210082

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