La fiebre amarilla es una enfermedad viral aguda transmitida por mosquitos infectados. El virus es endémico en las zonas tropicales de África y de América Central y Sudamérica.
Algunos de los países que la requieren en Latinoamérica son Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guyana, Honduras, Paraguay, Brasil y Perú.
En Salta, los martes y jueves por la mañana se vacuna en General Güemes 125, en el horario de 9 a 12, y de manera gratuita a quienes vayan a viajar a destinos donde la circulación viral es activa, especialmente los estados del sur brasileño. Se debe concurrir con documento nacional de identidad o pasaporte, sin excepción. Por consultas, se puede llamar al teléfono (0387) 4216557.
Se aconseja consultar a un médico por lo menos un mes antes del viaje, para definir si corresponde vacunarse.
El Ministerio de Salud Pública recordó esta semana a través de un comunicado que quienes tengan previsto viajar a lugares de trasmisión activa del virus de la fiebre amarilla, que deben vacunarse contra la enfermedad al menos diez días antes del viaje. También deben inmunizarse las personas que viajen a países donde se exija la vacuna como requisito para admitir el ingreso.
Las autoridades sanitarias aconsejan también vacunarse a quienes viajen a Brasil, especialmente a los estados del sur como Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul.
“Se recomienda la consulta médica como mínimo cuatro semanas antes del viaje, para que el profesional defina la indicación o no de la vacuna, ya que en algunos casos pueden producirse efectos adversos potencialmente graves y en otros, la vacuna está contraindicada”, dijeron desde Salud. “En estos casos, la recomendación es evitar el viaje a destinos de riesgo, pero si ello no fuera posible, un médico deberá evaluar la conveniencia de indicar o no la vacuna”, agregaron. Una sola dosis proporciona inmunización de por vida, pero existen algunas restricciones.
No se debe vacunar a niños menores de seis meses, a embarazadas ni a personas alérgicas al huevo, proteínas de pollo o gelatina.
Tampoco a quienes hayan recibido trasplante de órganos, o tengan alteraciones del sistema inmune, como infección por VIH, enfermedad del timo, miastenia gravis, síndrome de Digeorge, tumores malignos.