Emiliano Sala vivía con Nala en su casa de Nantes. El sábado su hermana Romina, que viajo a Europa para seguir de cerca los trabajos de la búsqueda publicó una foto en la que la perra espera a su dueño mirando hacía el horizonte.
Sala le abrió la puerta de su casa a Nala en septiembre de 2015. Ella ya era adulta. Desde entonces compartían paseos, juegos y varios momentos juntos. Así quedó claro en sus redes sociales.
"Nala también te espera", escribió Romina en su Facebook el sábado horasantes de que se encuentre a la aeronave que transportaba al futbolista y al piloto David Ibboston, hundida a 63 metros de profundidad y a 40 metros de la isla de Guernsey.
El tiempo pasa y Nala sigue ahí, con la mirada puesta en espera que Emiliano aparezca para volver a jugar con ella.