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Geraldine Schwarz: “el odio, la irracionalidad y el miedo no son inevitables”

Reflexión de la escritora sobre el trabajo de memoria que se hizo en Alemania sobre el nazismo.
06 Ago 2020
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La autora de “Los amnésicos”, Geraldine Schwartz, destaca el trabajo sobre la memoria realizado en Alemania acerca de los crímenes del nazismo, y considera que para transformar el peso del pasado en riqueza, se deben enfrentar las sombras de la historia, no ignorarlas.

A partir de su historia familiar, la periodista Schwarz reflexiona acerca de cómo la ciudadanía alemana por oportunismo, cobardía o indiferencia se transformó en cómplice de las políticas del Tercer Reich, a tal punto que al finalizar la Segunda Guerra el pueblo rechazó en masa toda responsabilidad por los crímenes cometidos durante el nazismo.

En una entrevista con Télam, la joven autora sostiene: “aprender del pasado es un proceso que necesita ser continuamente alimentado y repensado, al igual que la democracia”.

- ¿Cómo evaluás el trabajo sobre la memoria que se ha hecho en Alemania respecto de esa trágica historia?

- Uno de los grandes logros del trabajo de la memoria en Alemania es que ha involucrado a grandes grupos de la sociedad y ha logrado poner énfasis en cómo un individuo podría transformarse en un delincuente. En la mayoría de los otros países europeos que lidiaron con el pasado de la Segunda Guerra Mundial se alentó a los ciudadanos a tener empatía con las víctimas, admirar a los que resistieron y denunciar a los líderes, los monstruos, lo cual es muy importante. Pero se perdieron una parte clave del trabajo de la memoria que es preguntarse: ¿qué responsabilidad tienen los ciudadanos bajo una dictadura, un régimen criminal? Para ser eficiente en el presente y en el futuro, para aprender de la historia, el trabajo de memoria no sólo debe centrarse en recordar los crímenes sino también en reflexionar acerca de cómo puede la sociedad convertirse en cómplice. Porque esto lleva a las siguientes preguntas: ¿qué hubiera hecho? ¿Qué debería haber hecho? ¿Qué hago hoy para evitar que esto suceda?

- ¿Cuál es tu mirada hoy sobre esa tarea de memoria?

- Mi libro es una invitación a los ciudadanos a asumir la responsabilidad: ser capaces de un juicio racional, de una opinión sólida basada en argumentos. Porque la supervivencia de nuestras democracias depende de la capacidad de discernimiento y justicia de los ciudadanos, especialmente en tiempos de noticias falsas, teorías de conspiración y manipulación populista. El odio, la irracionalidad y el miedo no son inevitables. Son mecanismos sociopsicológicos que uno puede aprender a identificar, desmitificar y combatir con una educación política basada tanto en la psicología como en la historia. En Alemania, lo que se conoce como “trabajo de memoria” es en realidad una forma de educación política, que transmite un sentido de responsabilidad y vigilancia hacia los partidos políticos demagógicos que incitan al odio. Esta educación ayudó a agudizar la conciencia de los ciudadanos más jóvenes sobre su falibilidad, su maleabilidad y para armarlos contra los demagogos y manipuladores del odio y las mentiras. Como resultado, pudieron transformar la culpa colectiva en responsabilidad democrática. Pero esto no es un hecho para siempre. Incluso Alemania no es inmune. Excepto Alemania, casi ningún país ha hecho eso en el mundo. Algunos ni siquiera se atreven a enfrentar las sombras de su pasado, como Chile, España o Gran Bretaña. Esta actitud es contraproducente.

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