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Confirman la fecha de beatificación de fray Mamerto Esquiú

El papa Francisco informó que será el 13 de marzo de 2021, en Catamarca. Milagros y júbilo.
29 Ago 2020
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Aunque estos últimos meses estuvieron signados por la incertidumbre, hay noticias que elevan el espíritu de los creyentes. El miércoles, el fray Emilio Luis Andrada (ministro de la Provincia Franciscana de la Asunción de la Santísima Virgen del Río de la Plata) recibió una carta de la Secretaría de Estado del Vaticano en relación a la beatificación de fray Mamerto Esquiú.

El escrito confirmó que la ceremonia de beatificación tendrá lugar el sábado 13 de marzo de 2021, en Catamarca. Y que, en representación del papa Francisco, asistirá el cardenal Angelo Becciu: prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos.

En una breve aproximación a su vida, el venerado siervo de Dios nació el 11 de mayo de 1826, en Piedra Blanca (Catamarca). A los 10 años tomó los hábitos e ingresó (por una promesa que hizo su madre) al convento de San Francisco de Asís. En su juventud se dedicó a la docencia y a fines de 1880 fue nombrado obispo de Córdoba.

Compaginados con la religión, los aportes del franciscano lo llevaron a ser considerado un obispo con “visión social”.

“La figura de fray Mamerto Esquiú no se circunscribe netamente a lo espiritual, sino que realizó grandes aportes políticos. Sobretodo con su sermón en defensa de la Constitución Nacional de 1853. Al ser beato esperamos que su nombre se redescubra en la historia argentina”, comenta el padre José “Pepe” Abuin, vicario general de la Arquidiócesis de Tucumán.

Para nuestra provincia, la imagen del fraile catamarqueño también tiene un valor especial. El motivo es que el milagro que inició su proceso de beatificación ocurrió acá. “A fray Mamerto Esquiú se le atribuye (en 2015) la intercesión en la sanación de una niña que debía sufrir una drástica intervención quirúrgica”, rememora Abuin.

Frente al grave diagnóstico de perder una pierna, la madre de la paciente decidió orar y pasar una reliquia del franciscano por el cuerpo de la niña.

Luego de 12 días, los estudios dieron un giro “inexplicable”: los rastros de la patología habían desaparecido. Y la pequeña estaba curada de artritis séptica y osteomielitis.

Tierra de esperanza

Para los devotos, tener una fecha próxima en el calendario es -en cierta forma- la conclusión de un ciclo. Dado que el pedido de beatificación de Esquiú data desde 1946.

Durante ese tiempo, hay quienes insisten en que ocurrieron unos 300 prodigiosos hechos atribuibles al venerado siervo de Dios. “La confirmación de que una persona es beata siempre es un hecho importante porque demuestra las virtudes heroicas que tuvieron lugar en un espacio y tiempo determinado. La presencia de esta figura (con nuestra cultura e idiosincrasia) es una fuerza muy grande para el NOA”, acota Abuin.

El gran paso se dio el 25 de abril, cuando la Comisión Internacional de Teólogos de la Santa Sede validó el resultado de los rezos.

“La iglesia es estricta con respecto a la veneración de figuras entendidas como santas. Lleva muchos años de investigación y análisis poder afirmar una beatificación. Y eso demuestra nuestra seriedad con estos ejemplos de vida, igual que ocurrió con el cura José Gabriel Brochero”, agrega el vicario.

Tierra de milagros

En Tucumán, la lista de experiencias religiosas suma otras dos pruebas de fe para las familias que afrontan situaciones dolorosas.

En 2011, José Domingo Arreguez logró sanar de un cáncer de pulmón gracias a la intervención de la madre Camila Rolón (fundadora de las Hermanas Josefinas).

Y en 2017, a raíz de la curación de una mujer de 60 años, la madre Catalina de María Rodríguez ( fundadora de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús) fue declarada beata.

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