Maximiliano Ruiz tiene a su abuela de 84 años conectada con oxígeno industrial que se usa para soldar en talleres debido a que no consigue oxigeno medicinal. La mujer no tiene coronavirus, pero sufre una afección pulmonar que le impide respirar adecuadamente.

Hace cuatro días permanece conectada. La familia llamó a un médico que les dijo que sin oxígeno ella no iba a aguantar.

Las clínicas a las que llamaron les dijeron que irían a verla, pero no fue así, ante la desesperación lograron que enfermeros la visiten, pero solo les dijeron que podían trasladarla a ella sola a una sala intermedia de COVID-19 del hospital.

“Un enfermero que vino era conocido de la familia y nos dijo que si ella entraba a esa sala seguro se contagiaba. Decidimos que no la lleven porque ella necesita atención constantemente y tenemos miedo de que entre ahí y nunca más la volvamos a ver”, expresó angustiado el joven a LA GACETA.

Junto a su familia piden colaboración para encontrar un lugar donde cargar los tubos de oxigeno o que alguna clínica que tenga oxigeno pueda recibirla. “Tengo miedo. Ayer, cuando cambié el tubo me demoré 10 minutos pasando el manómetro de uno al otro y mi abuela se me moría”, agregó.

Asimismo, contó que toda su familia está luchando para que su abuela pueda recuperarse y que espera que le den alguna solución.

“Nosotros en mi familia somos todos unidos y tenemos nuestros ingresos que con eso nos estamos moviendo, pero sé que esto les debe estar pasando a muchos. Hay personas que se están muriendo en sus domicilios y que no tienen nuestra misma suerte”, concluyó Maximiliano.