Llegamos casi a mediados de noviembre y gran parte de la población ya piensa en las vacaciones y, como es normal, fijan su mirada en uno de los destinos más elegidos: la playa.

Frente a un contexto atípico signado por un virus que restringe las posibilidades de acción, las autoridades del Ministerio de Turismo y Deporte de la Nación, en conjunto con el Consejo Federal de Turismo, la Cámara Argentina de Turismo, y el Instituto de la Calidad Turística Argentina, desarrollaron una serie de medidas a tener en cuenta para poder disfrutar de las playas sin que se produzca una disparada de casos de covid-19.

Una de las primeras disposiciones está enfocada en las recomendaciones visuales para que la comunicación sea certera. En este sentido, el protocolo diseñado establece que la información sobre las medidas de distanciamientos social, la adecuada higiene de manos y respiratoria, y las recomendaciones ante la presencia de síntomas debe ser colocada en lugares fácilmente visibles.

Esto debe complementarse con la comunicación vía redes sociales, correo electrónico y páginas web, para mantener informados a los turistas y proveedores de bienes y servicios.

Este protocolo, destinado balnearios, tiene como objetivo evitar contagios. Se hace hincapié en las principales medidas de prevención, como mantener la distancia social, evitar aglomeraciones, mantener higienizadas las manos, desinfectar superficies y ventilar ambientes, y procurar un uso correcto del barbijo.

Para cumplir con las medidas, los balnearios deberán disponer de zonas en donde se pueda mantener el distanciamiento social obligatorio y la higiene requerida, aquellos lugares que no dispongan de la estructura necesaria no estarán habilitados.

Cupos

También deberán establecer y señalizar el cupo máximo por grupo de acuerdo con los riesgos identificados. En este aspecto, se entiende que la capacidad máxima de una instalación se debe calcular en función de los metros cuadrados accesibles para los visitantes, considerando las áreas de circulación libre, la capacidad de las instalaciones, las filas de espera, y otras áreas de uso público.

Para tal fin, una de las sugerencias es realizar marcas en el piso que indiquen la distancia adecuada que se debería tener entre personas.

“Fomentar, cuando sea posible, el pago de los servicios en línea y el uso de pago electrónico, con la finalidad de reducir al mínimo el manejo de dinero en efectivo” es otra de las sugerencias.

Además, los bebederos de balnearios públicos serán inhabilitados, con la posibilidad de que sean reemplazados por puntos de hidratación con dispensadores, en los que se respete la distancia.

El balneario, en caso de disponer de estacionamiento propio, dejará libre un módulo entre autos, a fin de evitar la congestión de personas. Asimismo, las playas que cuenten con carpas y sombrillas disponibles al público, deberán distribuirlas respetando la distancia social; y, si los turistas llevan su propio equipo, se deberá controlar que se ubiquen a un espacio adecuado del resto.

Aquellos que presenten síntomas deberán abstenerse de ingresar en los balnearios.

Nada de eventos

Tampoco se podrá realizar ningún evento público en los balnearios, ya que eso podría producir un amontonamiento. En caso de que las autoridades habiliten juegos infantiles, recreativos y áreas deportivas, se deberá garantizar la correcta limpieza y desinfección.

El mismo procedimiento se aplica para la posibilidad de abrir gimnasios, spa o piletas públicas, cuya apertura estará sujeta a la autoridad de las autoridades jurisdiccionales.

Respecto de las personas pertenecientes al grupo de riesgo, se establece que el balneario puede definir horarios particulares para brindar servicios a este público, extremando las medidas de precaución establecidas.

Todos los interesados pueden consultar la información detallada a través de la página oficial del Ministerio de Turismo y Deporte de la Nación.