Yrigoyen, Perón, Evita, el Che y Maradona encabezan la lista de los mitos argentinos. Pero ninguno alcanza la aceptación universal de Carlos Gardel. Su arma imbatible era -y es- la voz. El 24 de junio de 1935, su trágica muerte solo agigantó el mito. Desde entonces los argentinos nos creemos Gardel y soñamos con su pinta, pero el que cada día canta mejor sigue siendo él.
Su voz era extraordinaria gracias a varias condiciones, según explica Manuel Luis Martí, del Centro de Estudios Gardelianos:
1 - Impostación natural: para cantar no necesitaba colocar la voz; cantaba como hablaba, con muy poco esfuerzo (se cantaba sin micrófono y en ámbitos amplios, como teatros y salones).
2 - Oído absoluto, como María Callas, Luciano Pavarotti, Nelly Omar y Mercedes Sosa.
3 - Afinación: el cantar los sonidos tal como están escritos. Gardel tenía una afinación perfecta y no es posible encontrar una nota desafinada en su vasta discografía. Esta cualidad gardeliana fue corroborada por Arturo Toscanini, que señaló que sólo Gardel y Bing Crosby no desafinaban.
4 - Registro amplio: era barítono, subclasificado como barítono brillante, pero llegaba cómodo al registro de tenor con voz plena, sin recurrir al falsete.
5 - La tesitura es la cualidad que determina la altura propia de cada voz; la de Gardel superaba algo las dos octavas, lo que le permitía alcanzar el registro de tenor. Pero la carrera significativa de Gardel está realizada con su registro de barítono. Incluso en el dúo con José Razzano, Gardel canta la segunda voz.
6 - Potencia: tenía una potencia intermedia (unos 100 decibeles). Por las cualidades podría haber cantado hasta avanzada edad sin perder las características.
7 - Relajación: se apoyaba en una respiración perfecta que tenía también como don natural.
8 - Desoclusión: de las letras “n” y, en menor medida, de las “m”. Este ardid es utilizado con frecuencia por los cantantes líricos para neutralizar la nasalización del sonido, al trasponer la consonante nasal en “r”, lo que ha permanecido como característica de su canto.
9 - Fraseo: es seguramente la cualidad mayor de Gardel con respecto al tango. La articulación del discurso que permite individualizar todas las palabras de la canción, aun en las antiguas grabaciones acústicas.
10 - El “rubato”: se encuentra dentro del fraseo y consiste en finalizar la frase antes de la terminación del compás, lo que permite prepararse mejor para la próxima palabra. El “rubato” fue empleado sistemáticamente por Gardel y es también una característica de su canto. Es notable también cómo manejaba los silencios.
11 - Gesticulación e inflexiones: favorecieron su actividad actoral cinematográfica.
12 - Musicalidad: surge de la combinación de todos los factores.
13 - Timbre: tenía color, volumen, espesor, mordiente o brillo y vibrato. La de Gardel es una voz ligeramente oscura, lo que incrementa su presencia, favorecida por su impostación natural. Poseía gran poder de selección y buen gusto, por eso las canciones se ajustan a sus cualidades vocales.
Ochenta años después, algunos siguen discutiendo acerca de si nació en Toulouse o en Tacuarembó, o sobre las causas del accidente que lo convirtió en inmortal. Él sigue cantando con una caricia, nunca de la misma manera, llevando la frase al punto máximo de tensión y dejándola caer con gracia, atento a la emoción, con infinidad de matices.