El presidente de la Unión Sirio Libanesa se refirió a la guerra civil y a los refugiados en el día del inmigrante.
Tristeza, violencia, migraciones, persecusión, intolerancia. Palabras duras que se escuchan en las conversaciones de hoy tras la foto de un niño muerto que le dio una enorme cachetada al mundo para que reaccione ante la situación terrible que viven millones de personas en el mundo, y más específicamente en el Oriente Medio.
LA GACETA dialogó con Sebastián Ashur Mas, presidente de la Unión Sirio Libanesa de Salta, para conocer su visión sobre los hechos que conmueven a gran parte de la humanidad, por la violencia en Siria y las enorme cantidad de gente que huye de sus tierras intentando sobrevivir.
"Mucho dolor y preocupación". Con esas palabras Sebastián Ashur describió en el Día del Inmigrante cómo siente la comunidad salteña que tiene parientes y conocidos en la zona de conflicto.
"Es un fenómeno que lleva mucho tiempo", dijo. Luego aclaró: "los últimos acontecimientos tan gráficos y tan trágicos, han puesto de manifiesto una vez más una realidad que por momentos se olvida o sale de la primera plana de los diarios".
"Pero más allá de la repercusión mediática, tiene que servir para que cada uno de nosotros, en cualquier parte del mundo, reflexionemos sobre un fenómeno que empuja a gente que pelea por sobrevivir, a salir del país, de la tierra que aman, y exponer su vida en las peores condiciones, porque realmente no tiene otra salida", expresó.
La charla con LA GACETA se realiza en un momento muy particular, ya que hoy Argentina celebra el día del Inmigrante, y se recuerda la importancia que tuvieron en la historia las actitudes abiertas hacia las personas que debieron buscar refugio por cuestiones bélicas o incluso humanitarias.
"Muchas de las familias que están en la Argentina todavía tenemos parientes en diferentes ciudades de Siria y el Líbano", contó Ashur Mas.
Remarcó también: "la situación que nos describen de lo que está pasando en Siria es que los desplazamientos internos son muy limitados". Explicó que hay todo tipo de carencias. Por ejemplo, no hay luz, falta agua y alimentos. Y recordó a la gente que está particularmente cerca de límites con otros países, como en el caso de Turquía y el Líbano, que pueden estar tratando de huir de la destrucción, de la devastación, de la persecusión, del terrorismo del ISIS.
"Todas las semanas recibimos noticias de familiares, a veces desaparecidos o fallecidos", contó con pesar. "En la enorme mayoría de los casos es gente desplazada o que está pasando problemas muy grandes".