Sociedad

Cargnello: “se le ha pedido al padre Rosas que se aparte”

El monseñor de Salta dijo que el sacerdote de la iglesia de la Santa Cruz trabaja en privado, pero alejado de la parroquia hasta tanto la Santa Sede lo disponga.
10 Oct 2015
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Ante la llegada de comisarios apostólicos del Vaticano a la provincia y la reserva con la que se han movido en estos días, Monseñor Mario Cargnello fue cauto y prefirió dar pocos detalles sobre la investigación que se lleva a cabo en la comunidad religiosa de la iglesia de la Santa Cruz. No obstante precisó: “se le ha pedido al padre (Agustín) Rosas que se aparte, lo cual es un deber para él y un sacrificio”.

Luego agregó que esto “forma parte de la iglesia; basta ver en la historia la cantidad de fundadores que lo han tenido que padecer, porque se sufre este tipo de cosas, son como pruebas”.

También aclaró que la iglesia no está intervenida y que sigue trabajando. “El comisario apostólico viene a supervisar los institutos religiosos de discípulos y discípulas de San Juan Bautista, no las parroquias, para a revisar el cumplimiento del carisma ya que ha habido algunas observaciones o  acusaciones”, manifestó a LA GACETA la máxima autoridad de la Iglesia en Salta.

“Para poder hacer un trabajo tranquilo de llegar a la verdad, normalmente en estos casos a la autoridad se lo corre un poco, se le pide que se retire para permitir que los miembros puedan hablar con libertad para ver si es verdad o no lo que se dice”, agregó Cargnello.

¿Qué se dice y cuáles son aquellas acusaciones?

Sin dar mayores precisiones, monseñor dijo que “son observaciones que a veces  pueden ser fruto de no verse comprendidos de parte de los chicos, de ex miembros o miembros actuales y que la Santa Sede debe intervenir”. Y ante la insistencia de La Gaceta para conocer de qué se trata las acusaciones, Cargnello explicó: “eso no me corresponde a mí hablar y tampoco lo va hablar el comisario mientras no haya claridad”.

Finalmente dijo que los comisarios apostólicos permanecerán en Salta el tiempo que la Santa Sede lo disponga. “Mientras, el padre va a estar en otro lugar y va trabajar en privado”, añadió.      

La Santa Sede: desafíos a inicios del siglo XXI

Por otra parte, durante un intermedio de su clase del curso de posgrado “La Santa Sede: desafíos a inicios del siglo XXI”, monseñor habló con LA GACETA sobre la misión de la Iglesia en estos tiempos. En busca del diálogo y la comunión de la sociedad global, Cargnello reflexionó sobre el desafío regional.  

“Salta todavía tiene que caminar mucho para el reconocimiento real no declamado de la diversidad con los aborígenes, la integración del mundo aborigen en toda la provincia… Numéricamente no son tantos, deben ser más de 30 o 40 mil, pero son parte viva de nuestra comunidad. Hay una conciencia creciente de su identidad y de ser protagonistas, exige un camino largo de relaciones interculturales que no es fruto solo de la buena voluntad, exige conocer, escuchar, mucha paciencia”, resumió.

Por último reflexionó sobre el flagelo de la droga y el narcotráfico, otro desafío para el Estado y el gobierno próximo a asumir.

“Me parce que nosotros en la familia y en las escuelas tenemos que hablares del valor de la vida y de la libertad, de la libertad de la persona y cómo no someternos a esclavitudes que se nos ofrecen como regalos de libertad; generalmente la seducción viene como una especie de llamada de pertenecer a un grupo y luego te cuesta horrores salir”, manifestó.

En cuanto al negocio de la droga advirtió: “Manejan mucho dinero y logran ser Estados dentro del Estado, o supraestados más poderosos que los Estados mismos, por lo tanto la cosa se hace difícil”. Además sostuvo que en el narcotráfico el gobierno tiene que trabajar en relación con los estados vecinos y con los organismos internacionales. “El daño que se está haciendo es grande, afecta a todo, hasta pueda afectar la economía de una obra social, porque el tratamiento de una adicto exige la interdisciplinariedad, son caros los tratamientos. Es destructor por donde se lo vea, sobre todo de la salud y la vida que es lo más grave, pero también es destructor de la economía, destruye los hogares”, concluyó.

 

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