El taiwanés trabaja en esta técnica y es increíble lo que logró hasta el momento.
Empezó intentando hacer pequeños figurines en forma de juguetes para sus hijos usando palos de bamboo y a partir de octubre de 2010, se dedicó al arte de los lápices.
Su labor consiste en tallar el grafito de lápices y portaminas consiguiendo como resultado las piezas de arte más pequeñas que seguramente hayas visto. El propio Lee se considera un hombre muy paciente, afín a la tecnología y posesor de una mano muy firme, cualidades no muy difíciles de percibir luego de apreciar tan solo un ejemplar de su colección. Cuenta con casi 20.000 seguidores en su cuenta de Instagram, donde publica sus más recientes obras de arte, fruto del esfuerzo y dedicación.
“Intento dar lo mejor de mi cada día porque nunca se si habrá una próxima vez. Me exijo al límite para obtener trabajos mejores”.