En un apacible lugar, a un kilómetro de Campo Quijano, se erige un pequeño y pintoresco templo conocido como la capilla de Río Blanco en honor a la Virgen del Rosario.

Enmarcada en un paisaje inigualable, la capilla es un atractivo para todo visitante. Su historia comenzó hace 102 años, en 1914, año en el que fue bendecida. Su edificación demandó diez años de trabajo que le dieron terminaciones de estilo neo-gótico, propio de la época.

Oscar Cornejo Torino, el bisnieto de quien fuera dueño de estas tierras, contó brevemente a LA GACETA, la historia de este templo.

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