El circuito milonguero se consolida en la ciudad. Como sucede en provincias como Buenos Aires, Córdoba y Rosario donde el tango se vive con intensidad, en Salta de martes a domingos hay lugares para ir a bailar. La mucha o poca experiencia no es un condicionante para milonguear, simplemente se trata de tener ganas y animarse.

La movida milonguera en la ciudad arranca con Loca Milonga, que abre sus puertas todos los martes a las 22 hasta las 2 en Status Bar –Mitre y Ameghino-. El recorrido sigue los miércoles con las clases de tango de Soledad Giménez y Horacio López en Buenos Aires 616, donde las parejas terminan armando rondas.

Los jueves hay milonga por partida doble. Primero, los tangueros van a una práctica libre en Araca La Cana, que funciona en la casa de la bailarina Guadalupe Blanco, después la siguen en Café Mitre –Mitre 368-. Los viernes y domingos vuelven a Buenos Aires 616, mientras que los sábados se juntan en la Glorieta de la Plaza 9 de Julio.

Loca Milonga es la más nueva de todas. Comenzó a funcionar en octubre de 2015 y está a cargo de las tangueras Natalia Bustamante, Ana Pucci y Fernanda Aguirre. “Armamos la milonga para recibir gente que había ido a Tucumán a un retiro de tango y sabíamos que seguían viaje para Salta. Pensamos que sea un martes porque era el único día que no había lugares para bailar. La gente se copó y terminamos haciéndola todas las semanas”, cuenta Natalia Bustamante.

Su identidad está en la música de las juntadas, que cada martes está a cargo de un artista invitado. “La milonga es un espacio donde se da la relación social. Allí concurren los que bailan tango, ya sea principiantes o profesionales pero hay códigos que respetar. En la pista, por ejemplo, se baila en el sentido contrario a las agujas del reloj. Las parejas se encuentran mediante el cabeceo, una seña que el hombre le hace a la mujer. Generalmente los que tienen experiencia bailan en la orilla de la pista y los principiantes en el medio para evitar chocarse”, explicó la bailarina sobre los códigos tangueros y agregó: “a necesidad de abrazo, comunicación y sociabilidad son ingredientes fundamentales a la hora de compartir un buen momento entre milongueros”, puntualizó.