El doctor Rodolfo Sabio explicó: “todos los energizantes, más que cumplir la función de energizar, son en realidad estimulantes del sistema nervioso central”. Y remarca que la mayoría de estas bebidas son realizadas a base de cafeína, que es, justamente un estimulante del sistema nervioso central, y por eso el consumidor siente la supuesta “energía”, se siente “despierto y más activo”.
Señaló, asimismo, que “hay gente que tiene sensibilidad a la cafeína o los estimulantes, y pueden provocarle taquicardia, pulso rápido, corazón acelerado o taquipnea (respiración acelerada)".
Además, según este médico, también hay una cuestión vinculada a los trastornos de conducta. Observa al respecto que la situación es aún más grave cuando se mezclan estas bebidas con alcohol.
Lo señaló de manera sencilla: “la corteza cerebral es la que le dice a los individuos qué cosas no están bien socialmente, pero cuando esto se inhibe, aparecen los instintos animales. Y el alcohol es un inhibidor del sistema nervioso central. Por un lado, los estimulantes provocan en quienes los consumen distintos comportamientos, y por otro, el alcohol impide que la conciencia actúe sobre esos comportamientos, por lo que surgen estos problemas de conducta”.