A 32 kilómetros de la localidad de Guachipas, sobre la Ruta Nacional 68 que conduce a Cafayate, se encuentran las Cuevas Pintadas, una especie de túnel del tiempo que invita a conocer la historia de nuestros antepasados. Allí los pueblos originarios dejaron dibujos y formas abstractas.
Las primeras novedades sobre la existencia de las Cuevas Pintadas, se remontan en 1903, cuando Eric Boman y Juan Bautista Ambrosetti, comenzaron a estudiarlas. El alero Ambrosetti, en el cerro de las Cuevas Pintadas o de Las Juntas, es el mejor conservado de todos. Las pinturas están hechas sobre una formación geológica del periodo cretácico y sus formas, producto de las rocas areniscas rojas, sobresalen sobre el resto de las serranías circundantes.
Los motivos predominantes son los camélidos y los “hombres escudos”, que son figuras antropomorfas de gran diversidad de formas, colores y estilos. En los paneles hay escenas y personajes de la vida diaria, de otros periodos históricos: ceremonias religiosas, guerreros y animales como, suris, jaguares, aves, insectos y llamas.