Sociedad

En Orán, el bagayero le gana terreno a la legalidad

La localidad ubicada en el norte provincial fue conocida como uno de los bastiones de la producción agrícola y ganadera. Hoy se la conoce más por la compleja convivencia que genera el comercio de frontera.
02 Oct 2016
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En Orán, el bagayero le gana terreno a la legalidad 
Orán está caliente. El calor que irradia el sol es uno de los principales factores pero el otro es su costado social y financiero. Los números no están en rojo pero tampoco son motivo de celebración. El estancamiento de la economía, la paralización de la obra pública y la falta de inversiones que afectó a los 60 municipios de la provincia de Salta no dejó al margen a la localidad cabecera del departamento que lleva su mismo nombre.
La localidad ubicada a 269 kilómetros hacia el norte de la capital provincial fue conocida, años atrás como uno de los bastiones de la producción agrícola y ganadera. Todavía lo sigue siendo, pero a Orán hoy se la conoce más por sus bagayeros y la compleja convivencia que genera el comercio de frontera en la zona.
El oficio de pasar bolsones con productos contrabandeados (ropa, artículos de bazar, útiles, aparatos tecnológicos y demás) no tiene fecha precisa de inicio pero algunos señalan que comenzó en los últimos años de la década del noventa y se incrementó de sobremanera en los últimos años como producto del cierre de la planta frutícola que abastecía al ingenio San Martín del Tabacal y empleaba a casi 1.000 personas.
Conseguir trabajo en Orán no está resultando fácil. La Municipalidad emplea 1.400 personas entre trabajadores de planta y contratados, el ingenio del Tabacal (que funciona a 13 kilómetros en el municipio de Hipólito Yrigoyen) contempla unos 1.000 trabajadores más, y otro tanto se desempeñan en el campo. El número de bagayeros ya supera los 3.000.
Los bagayeros o trabajadores de frontera, cómo prefieren ser denominados, cumplen un oficio que demanda una extenuante exposición física bajo el intenso calor oranense, pero al mismo tiempo genera ganancias impensadas para cualquier otro asalariado. Se estima que el salario de estos trabajadores oscila entre los mil a dos mil pesos diarios, lo que en un mes representaría un sueldo superior a los 25 mil pesos. Cifra casi imposible de alcanzar por cualquier otro empleador.
El accionar bagayero es ilegal porque el contrabando de artículos provenientes desde Bolivia es indicado como un delito condenado con altas penas pecuniarias que van de los cinco a cincuenta mil pesos. Sin embargo este delito convive a diario con los habitantes de la segunda ciudad con mayor cantidad de habitantes de la provincia de Salta.
Frente a la terminal de ómnibus, en un terreno municipal, funciona la “playa de transferencias” a donde llegan autos cargados de mercadería para luego distribuirlas en colectivos u otros vehículos que parten hacía la zona central del país. Se sabe que por la ocupación de ese espacio público se paga un canon, pero el número resulta un misterio. En una entrevista con una radio oranense, Tomás Cano, quien se desempeñaba como administrador del polémico lugar hasta diciembre del año pasado cuando asumió a una banca en el Concejo Deliberante, afirmó que “nadie paga nada para acopiar” mercadería en la playa y que solo se les cobra un aporte solidario de $10 a los vehículos que ingresan allí para buscar sus lonas con productos.   
Consultado por LA GACETA, el intendente Marcelo Lara Gros afirmó que este tema es “complejo” y remarcó que para poder combatirlo es necesaria una mayor presencia del Estado Nacional que posibilite no solo intensificar los controles aduaneros sino también brindar una mayor contención social. “Hablando con funcionarios  nacionales nos dicen que a fin de año comenzará a verse la implementación del plan para combatir la problemática”, sostuvo el jefe comunal.
El bagayero, motor de la economía
En diálogo con LA GACETA el Secretario de Gobierno de Orán, Javier Tartalo, aseguró que el crecimiento de esta actividad alejada de la legalidad reactivó y mantiene la economía del Departamento Orán, compuesto por seis municipios (Orán, Pichanal, Colonia Santa Rosa, Hipólito Yrigoyen, Urundel y Aguas Blancas).
“Es una realidad que tenemos. Esto no viene de ahora sino de varios años atrás. Es una situación tan compleja pero creo es una de las causas por la cual resiste la comunidad del Departamento de Orán. Más de 10000 personas se vinculadas de forma directa o indirecta (bagayeros, taxistas, llevadores de bultos) mantienen la actividad económica”, explicó.
Tartalo también confirmó uno de los datos más sorprendentes. Los bagayeros cobran más que un empleado municipal. Mientras que el municipio paga sueldos que van desde los 5000 y 10000 pesos, en sintonía al resto de los trabajadores municipales de la provincia, los bagayeros pueden cobrar un sueldo mínimo de mil pesos por día.
En este panorama el trabajador de frontera se erigió en un pilar del consumo interno que mantiene la actividad comercial de la zona. 

Orán está caliente. El calor que irradia el sol es uno de los principales factores pero el otro es su costado social y financiero. Los números no están en rojo pero tampoco son motivo de celebración. El estancamiento de la economía, la paralización de la obra pública y la falta de inversiones que afectó a los 60 municipios de la provincia de Salta no dejó al margen a la localidad cabecera del departamento que lleva su mismo nombre.

La localidad ubicada a 269 kilómetros hacia el norte de la capital provincial fue conocida, años atrás como uno de los bastiones de la producción agrícola y ganadera. Todavía lo sigue siendo, pero a Orán hoy se la conoce más por sus bagayeros y la compleja convivencia que genera el comercio de frontera en la zona.

El oficio de pasar bolsones con productos contrabandeados (ropa, artículos de bazar, útiles, aparatos tecnológicos y demás) no tiene fecha precisa de inicio pero algunos señalan que comenzó en los últimos años de la década del noventa y se incrementó de sobremanera en los últimos años como producto del cierre de la planta frutícola que abastecía al ingenio San Martín del Tabacal y empleaba a casi 1.000 personas.

Conseguir trabajo en Orán no está resultando fácil. La Municipalidad emplea 1.400 personas entre trabajadores de planta y contratados, el ingenio del Tabacal (que funciona a 13 kilómetros en el municipio de Hipólito Yrigoyen) contempla unos 1.000 trabajadores más, y otro tanto se desempeñan en el campo. El número de bagayeros ya supera los 3.000.

Los bagayeros o trabajadores de frontera, cómo prefieren ser denominados, cumplen un oficio que demanda una extenuante exposición física bajo el intenso calor oranense, pero al mismo tiempo genera ganancias impensadas para cualquier otro asalariado. Se estima que el salario de estos trabajadores oscila entre los mil a dos mil pesos diarios, lo que en un mes representaría un sueldo superior a los 25 mil pesos. Cifra casi imposible de alcanzar por cualquier otro empleador.

El accionar bagayero es ilegal porque el contrabando de artículos provenientes desde Bolivia es indicado como un delito condenado con altas penas pecuniarias que van de los cinco a cincuenta mil pesos. Sin embargo este delito convive a diario con los habitantes de la segunda ciudad con mayor cantidad de habitantes de la provincia de Salta.

Frente a la terminal de ómnibus, en un terreno municipal, funciona la “playa de transferencias” a donde llegan autos cargados de mercadería para luego distribuirlas en colectivos u otros vehículos que parten hacia la zona central del país. Se sabe que por la ocupación de ese espacio público se paga un canon, pero el número resulta un misterio. En una entrevista con una radio oranense,

Tomás Cano, quien se desempeñaba como administrador del polémico lugar hasta diciembre del año pasado cuando asumió a una banca en el Concejo Deliberante, afirmó que “nadie paga nada para acopiar” mercadería en la playa y que solo se les cobra un aporte solidario de $10 a los vehículos que ingresan allí para buscar sus lonas con productos.   

Consultado por LA GACETA, el intendente Marcelo Lara Gros afirmó que este tema es “complejo” y remarcó que para poder combatirlo es necesaria una mayor presencia del Estado Nacional que posibilite no solo intensificar los controles aduaneros sino también brindar una mayor contención social. “Hablando con funcionarios  nacionales nos dicen que a fin de año comenzará a verse la implementación del plan para combatir la problemática”, sostuvo el jefe comunal.

El bagayero, motor de la economía

En diálogo con LA GACETA el Secretario de Gobierno de Orán, Javier Tártalo, aseguró que el crecimiento de esta actividad alejada de la legalidad reactivó y mantiene la economía del Departamento Orán, compuesto por seis municipios (Orán, Pichanal, Colonia Santa Rosa, Hipólito Yrigoyen, Urundel y Aguas Blancas).

“Es una realidad que tenemos. Esto no viene de ahora sino de varios años atrás. Es una situación tan compleja pero creo es una de las causas por la cual resiste la comunidad del Departamento de Orán. Más de 10000 personas se vinculadas de forma directa o indirecta (bagayeros, taxistas, llevadores de bultos) mantienen la actividad económica”, explicó.

Tártalo también confirmó uno de los datos más sorprendentes. Los bagayeros cobran más que un empleado municipal. Mientras que el municipio paga sueldos que van desde los 5000 y 10000 pesos, en sintonía al resto de los trabajadores municipales de la provincia, los bagayeros pueden cobrar un sueldo mínimo de mil pesos por día.

En este panorama el trabajador de frontera se erigió en un pilar del consumo interno que mantiene la actividad comercial de la zona. 

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