En una sesión especial, que duró más de cuatro horas, el intendente de San Lorenzo, Ernesto “Kila” Gonza, a través de su abogado, presentó un escrito de 60 páginas, en donde hizo su descargo contra las acusaciones de “incumplimiento y mal desempeño” en la gestión pública y pidió la nulidad del juicio político que se lleva en su contra. Los ediles rechazaron el pedido y dispusieron que el proceso continúe el próximo martes, con el comienzo de una ronda de testigos.
Por cinco votos contra dos, los concejales de San Lorenzo rechazaron el pedido de Gonza y el proceso continuará con el paso por el cuerpo de 14 testigos que, en cinco días diferentes definirán la situación del por ahora jefe comunal.
Una vez que terminen las testimoniales, los concejales entrarán en un periodo de deliberaciones y se espera que en enero haya una decisión sobre la continuidad, o no, de Gonza.
En el extenso escrito, el intendente de San Lorenzo rechazó cada una de las acusaciones que le imputa la concejal del PRO, Cecilia Durand Bosh, y recusó al presidente del Concejo Deliberante de la villa veraniega, Juan Pablo Dávalos, al considerar que “hay factores extraños en su comportamiento”, dijo que actúa con “animosidad y ensañamiento” hacia su persona y pidió “respetar la independencia de poderes”.
Acusó irregularidades en el procedimiento y señaló que “las acusaciones en su contra son inconsistentes”. Responsabilizó a “la pesada herencia” por lo problemas financieros del municipio. “Los concejales quieren que se les suba el sueldo, pero hoy es imposible”, disparó.
Tras escuchar el descargo de Gonza, el cuerpo entró en una confusión sobre el procedimiento, los días en que debía continuar el proceso. Incluso, al propio presidente se le tuvo que explicar en dos ocasiones cuales eran los pasos a seguir.
La próxima vez que todos los concejales se vean la cara será el martes seis de diciembre, con la primera ronda de testigos.