Rosario de Lerma amaneció despejado y con un sol radiante. En las calles que rodean al predio del Buen Retiro, frente al Complejo Municipal, se respira olor a albahaca. Las familias juegan con lanzanieves, témperas y harina. Ya se empieza a vivir la época de carnaval.
A las 10 se abrieron las puertas para que todos pudieran celebrar la gran fiesta del desentierro del carnaval. Los primeros en llegar fueron los miembros de la familia Hoyos, quienes son los encargados desde hace 17 años de realizar la apertura del mojón, que da inicio al ritual de la Pachamama.
Ivón Hoyos es una de los ochos hermanos que año a año realizan la ceremonia. “Nació como una idea chica, queríamos dar gracias a la Pachamama por todo y hacer una actividad que marque el inicio del carnaval aquí en los valles. Hoy es una fiesta de interés cultural y provincial”, contó la mujer a LA GACETA.
Al costado del escenario, donde van a actuar los artistas, se ubica el mojón: el tradicional pozo de la Madre Tierra. Bajo el sol, cuando el reloj marca las 11, copleros de Cachi, Payogasta e Iruya con sus cajas empiezan a acercarse. La comida salteña típica de humitas, tamales, locro y empanadas en bandeja acompañado con abundante bebida rodean el pozo. Todo está listo para dar inicio al carnaval, con el convide ancestral a la Pacha.
Las familias toman un poco de comida y bebida, los copleros del Norte Argentino encabezados por Severo Báez empiezan a entonar sus coplas, al ritmo del rezo en ofrenda a la Madre Tierra por todo lo recibido en el año anterior. El agradecimiento y el pedido del desentierro del diablo comienza al ritmo del carnavalito.
En medio de la fiesta, se pide permiso a la Pacha para desenterrar al Pujllay, un pequeño muñeco rojo que simboliza al diablo del carnaval para que empiece a andar suelto por entremedio de las familias. “El sentido de la Pachamama, de pedir a la madre permiso, es reconocer que todo viene de ella”, contó Nicolás Quiroga, otro miembro del clan de los Hoyos.
Nicolás define la festividad como “la gran carpa a cielo abierto” porque están todos invitados a venir a desenterrar el Pujllay. Con el diablo desenterrado y suelto se empieza a vivir en los valle la gran fiesta del Carnaval.