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Francisco criticó la "burocracia paralizante que no permite que las cosas cambien"

El sumo Pontífice pidió combatir la explotación y la trata de persona.
15 Abr 2017
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El papa Francisco cuestionó hoy la "brurocracia paralizante que no permiten que las cosas cambien" y denunció las consecuencias del "peso de la corrupción", al oficiar la misa por la Vigilia de Pasuca, en el Vaticano, en medio de las fuertes medidas de seguridad en Roma.
El sumo Pontífice aseguró que "si hacemos un esfuerzo con nuestra imaginación, en el rostro de estas mujeres podemos encontrar los rostros de tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana", refiriéndose a un pasaje bíblico que menciona a María y a María Magdalena. 
Antes de celebrar la misa de Pascua e impartir desde el balcón la bendición "Urbe et orbi (a Roma y al mundo)", Francisco dijo: "vemos refljeados en ellas el rostro de todos aquellos que caminando por la ciudad sienten el dolor de miaseria, el dolor por la expltoación y la trata". 
Y agregó: "también podemos ver las caras de los que son recibidos con desdén porque son inmigrantes, privados de país, casa y familia. Vemos caras cuyos ojos denotan soledad y abandono, porque sus manos están plagadas de arrugas". 
Siguiendo con el pensamiento denunció que "ellas son el rostro de mujeres, madres que lloran por ver cómo la vida de sus hijos queda sepultada bajo el peso de la corrupción, que quita derechos y rompe tantos anhelos, bajo el egoísmo cotidiano que crucifica y sepulta la esperanza de muchos, bajo la burocracia paralizante y estéril que no permite que las cosas cambien".

El papa Francisco cuestionó hoy la "brurocracia paralizante que no permiten que las cosas cambien" y denunció las consecuencias del "peso de la corrupción", al oficiar la misa por la Vigilia de Pasuca, en el Vaticano, en medio de las fuertes medidas de seguridad en Roma.

El sumo Pontífice aseguró que "si hacemos un esfuerzo con nuestra imaginación, en el rostro de estas mujeres podemos encontrar los rostros de tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana", refiriéndose a un pasaje bíblico que menciona a María y a María Magdalena. 
Antes de celebrar la misa de Pascua e impartir desde el balcón la bendición "Urbe et orbi (a Roma y al mundo)", Francisco dijo: "vemos refljeados en ellas el rostro de todos aquellos que caminando por la ciudad sienten el dolor de miseria, el dolor por la explotación y la trata". 

Y agregó: "también podemos ver las caras de los que son recibidos con desdén porque son inmigrantes, privados de país, casa y familia. Vemos caras cuyos ojos denotan soledad y abandono, porque sus manos están plagadas de arrugas". 

Siguiendo con el pensamiento denunció que "ellas son el rostro de mujeres, madres que lloran por ver cómo la vida de sus hijos queda sepultada bajo el peso de la corrupción, que quita derechos y rompe tantos anhelos, bajo el egoísmo cotidiano que crucifica y sepulta la esperanza de muchos, bajo la burocracia paralizante y estéril que no permite que las cosas cambien".

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