El Gran Premio de Azerbaiyán no se recordará tanto por el triunfo del australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), sino por un incidente entre Sebastian Vettel (Ferrari) y Lewis Hamilton (Mercedes), cuando la carrera estaba neutralizada. Toda la diplomacia que se habían dispensado en las carreras anteriores el alemán y el inglés terminó en la 8ª fecha de la Fórmula 1. El podio se completó con el finlandés Valtteri Bottas (Mercedes) y el canadiense Lance Stroll (Williams).

El incidente que declaró la guerra ocurrió en la 23ª vuelta, y en plena neutralización para que se limpie un poco la pista después de una seguidilla de roces entre distintos pilotos. Hamilton, que había largado desde la pole position, lideraba; Vettel era su escolta. El auto de seguridad estaba al frente del “trencito”, pero cuando se alejó un poco de los líderes, Hamilton pareció disminuir su velocidad y el choque de Vettel fue inevitable. La reacción del germano no se hizo esperar: se puso a la par del británico y le pegó un autazo, por lo que tuvo que pasar por los boxes para cumplir con una sanción de 10 segundos. Pese a la pena, Vettel ganó la particular batalla porque logró pasar a Hamilton, que se complicó cuando las autoridades lo obligaron a entrar a los pits para reparar el apoyacabeza de su auto. Tras las detenciones inesperadas, Vettel y Hamilton se habían retrasado, pero escalaron posiciones para llegar cuarto y quinto. La victoria de Ricciardo quedo en segundo plano. Luego de la carrera, cada uno se dijo lo suyo.