Cuando tenía 30 años, Michael Rubino decidió hacerse donante de esperma para ayudar a aquellas personas que no podían tener hijos. Desde entonces, gracias a él han nacido 19 personas que actualmente tienen entre 16 y 21 años, publicó Europa FM.
Aunque la mayoría de los donantes son anónimos, Rubino dejó escrito en su ficha que si en algún momento cualquiera de sus hijos quería conocer a su padre biológico, lo podría hacer.
Con el tiempo, cada vez eran más los niños que le escribían interesados en conocerlo y él les respondía rápidamente.
Michael decidió organizar una reunión en su casa para que asistieran todos sus hijos y también pudieran conocerse entre ellos y ver las similitudes que tenían con sus hermanos. Por ejemplo, 11 de ellos tienen los ojos azules, igual que su padre.