Espectáculos

Pablo Natale, fragmentado

Apuntes sobre Las siete maravillosas antologías contemporáneas, el nuevo libro del escritor cordobés.
03 Nov 2017
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No me resultó sencillo analizar el nuevo libro de Pablo Natale, Las siete maravillosas antologías contemporáneas, hasta que vi Fragmentado, la última película de Night Shyamalan. El protagonista del film sufre un serio trastorno de identidad y fue el que me permitió terminar de armar el rompecabezas de la propuesta del poeta y narrador cordobés.

Y es que Las siete maravillosas antologías contemporáneas plantea una multiplicidad de voces e identidades: Natale se multiplica en los espejos, como un maestro del disfraz. No, no como un maestro del disfraz, sino como alguien que se deja poseer por otras identidades y se apropia de otras voces, y obsesiones. Y todo esto sin dejar de ser Natale.

La propuesta, en realidad, es clara desde la tapa del libro: elija su propio Natale. También por las citas que preceden los poemarios. En total son siete y están frases del Talmud, Nicanor Parra, Jorge Luis Borges, Pablo Dacal, Miguel Ángel Petrecca, de la película Mulholland Drive y una palabra que se atribuye a Twitter.

Está claro que Natale avisa. Pero, aun así, es casi imposible que el lector esté preparado para lo que se viene.

El primer poemario (aunque no sé si es exactamente el término preciso) se llama “Antología de Íconos Contemporáneos” y allí Natale incorpora emojis y emoticones como parte de los poemas. Los juegos con distintas tipografías son importantes en otras partes del libro.

El libro de Editorial Nudista contiene, en total, siete antologías. Cada una es una propuesta distinta. Muda de temas, de estados de ánimos y estilos.

Para explicar por qué había creado sus heterónimos una vez Fernando Pessoa escribió que si Shakespear podía ser, al mismo tiempo, Hamlet y Polonio y Ofelia y cada uno de sus personajes, por qué él se iba a conformar con ser solamente Fernando Pessoa.

Y ahora, en este libro, nos encontramos con siete mutaciones del mismo Natale. Es probable que lector elija una antología como su favorita; también que esa elección cambie según el día. Hoy me quedo con el que escribió Antología del ACV Contemporáneo. Y cito este poema:

“Tu abuela tuvo un ACV a principios de enero

una noche que hacía tanto calor que la ciudad parecía

su propia versión del infierno.


Sudaban africanitos imaginarios cuando

Tres viejos en diferentes puntos de la ciudad

Tuvieron un ACV.


El primero quedó hemipléjico

Y eso serían solo palabras si no hubieras sabido que

La segunda quedó ciega y eso hubieran sido sólo palabras

Si no hubieras visto cómo tu abuela se quedaba duran

Y encendía las hornallas y abría las canillas del agua sin parar.


Ya no podía vivir más sola.

Ya no podía cuidarse a sí misma

Era un objeto basura.

Alguien que pedía piedad sin pedirla.

Necesitaba apoyarse en las cosas, necesitaba un arsenal

De pastillas para que le taparan la boca e incluso

Una tan fuete que la dejó dormida durante una semana

Y cuando se despertó se meó encima y se dobló el brazo

Y pronunció el nombre de lo irrecuperable.


¿Cómo podía ser todo tan diáfano, tan claro?

¿Cómo se podía pasar

De la necesidad de batearle a alguien la nuca

A sostener su cabeza entre las manos?


Seguían todos ahí. A la mesa. Delante de la tele.

Abriendo y cerrando puertas.


La casa de tu abuela era una mansión enjaulada por la voracidad de la vegetación,

que crecía como algo oculto

que había esperado ese momento.


El triunfo de la vegetación. El estado vegetativo.


Tres viejos que, una noche de calor,

Escuchan la misma palabra que baja del cielo

y sube desde sus entrañas.


El resto de nosotros no podemos ni siquiera entenderla.


¿Cuál es nuestro himno?


Y de cualquier modo: estás acá.



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