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A través de la música aplaca las penas que provoca la inundación

Silvio Martínez tiene 20 años, un hijo y su profesión a cuestas. El pasillo de la escuela María Agapito es su nuevo escenario.
05 Feb 2018
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Silvio Martínez es uno de los tantos jóvenes de Santa Victoria Este que tuvo que evacuarse como consecuencia de la crecida del Río Pilcomayo y las constantes lluvias que azotaron el noreste salteño durante los últimos días.

Pero Silvio, al igual que muchos otros, tiene sueños, una vida por delante. Este joven de 20 años llegó la madrugada del viernes a la escuela María Agapito de Aguaray. Cuando decidió evacuarse se subió al colectivo con su esposa, su hijo y algunos instrumentos musicales.

Cuando uno ingresa a Santa Victoria el cartel de bienvenida anuncia que ese municipio es “tierra de cantores”; y Silvio parece llevar ese legado en la sangre. Él sueña con ser músico.

“A mí no me enseñó nadie, yo aprendí mirando y tocando solo”, expresó el muchacho de 20 años a LA GACETA.

Este artista interpreta sus melodías en una iglesia de Santa Victoria y para sobrevivir alquila equipos de sonido en diversos eventos.

Por el reducido espacio que había en el colectivo, solo pudo cargar un teclado y una computadora. Sus otros instrumentos y artículos de trabajo quedaron en su vivienda esperando no ser alcanzados por el agua.

“Sueño con volver y que esté todo igual. Yo nací en Santa Victoria y no me quiero ir de ahí. Además quiero que Agustín (su hijo de un año) viva ahí”, enfatizó.

Silvio aún no sabe cuándo podrá retornar a su tierra natal pero se aferra a la música para no olvidar porque con esos acordes resiste.

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