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Una nueva pericia complica aún más a Nahir Galarza

Confirman que al joven le apoyaron el arma para efectuarle uno de los disparos.
24 Feb 2018
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Uno de los disparos que mató a Fernando Pastorizzo, crimen por el que fue detenida su novia, Nahir Galarza, se lo efectuaron con el arma apoyada en la ropa, según los resultados de los peritajes realizados por la Dirección de Criminalística de la Policía de Entre Ríos.


De acuerdo a ese estudio, el disparo que impactó en la espalda del joven de 20 años y fue por "contacto débil" sobre su buzo, en cuya capucha quedaron registradas las marcas del proyectil. El informe también indica que la bala que recibió el joven en la espalda, con orificio de entrada y salida, atravesó el pulmón. Sobre el segundo impacto, los expertos determinaron que fue de frente, desde un ángulo oblicuo y que le impactó en el medio del pecho y le afectó el esófago.

El resultado del peritaje fue confirmado a Télam por el abogado Rubén Virué, uno de los defensores de la familia de Pastorizzo. El abogado estimó que para efectuar el disparo, la joven "tuvo que haberse agachado y estirado el brazo. Este es el disparo cuya bala tuvo que ser desenterrada porque el proyectil lo atraviesa y la bala se entierra".

Además, el abogado, que pedirá para Galarza la máxima pena y sumará el agravamiento del vínculo y la alevosía, reconstruyó el cuadro del crimen de Pastorizzo: "el primer disparo es sobre la moto y cae sobre el lado derecho. La moto queda sobre su pierna derecha. El queda acostado en el piso con el pecho de frente. Ahí recibe el segundo disparo, a 50 centímetros y la bala termina enterrada. Fernando cae boca arriba. Esa bala tuvo que ser desenterrada".

Fuentes judiciales adelantaron que el lunes está previsto que se concreten las testimoniales de amigos de Pastorizzo y de Galarza.

El crimen fue cometido la madrugada del 29 de diciembre pasado y en un primer momento Galarza negó haber estado con Pastorizzo, aunque luego confesó haberlo matado con el arma reglamentaria de su padre, el policía Marcelo Galarza. Por ese motivo, al efectivo se le inició un sumario en la fuerza por su responsabilidad al haber dejado el arma al alcance de su hija.

La joven está alojada en la cárcel de la Mujer y la Familia desde el 2 de enero, luego de que fracasaran dos intentos de su defensa de lograr la prisión domiciliaria con tobillera.

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