Nacho tenía que viajar a EEUU para tratar su leucemia, pero no pudo por el coronavirus

El padre de un adolescente salteño que lucha contra una agresiva leucemia y no pudo viajar a Estados Unidos para recibir un tratamiento debido a las restricciones que impusieron los países por la pandemia de coronavirus, busca ahora conseguir un medicamento que podría permitirle a su hijo una mejor condición de salud para esperar un trasplante.

José Ignacio González, de 15 años, tenía programado un tratamiento en ese país a partir del cual los especialistas buscaban lograr que su estado general de salud sea apto para llegar al trasplante de médula ósea que tiene aprobado.

"La situación que vivimos con Nacho es complicada. Es un chico con muchos proyectos de vida, ganas, energía, deseos de vivir y alegría. Es tierno. La fuerza de voluntad que tiene no se la vi nunca a nadie", contó José González, el padre del adolescente.

En febrero, tras varias semanas de tratamientos de quimioterapias, los especialistas del hospital Posadas, en la provincia de Buenos Aires, les informaron que "ya no podían hacer absolutamente más nada", según relató González.

Ante la desesperación, el hombre comenzó a investigar y dio con el médico Guillermo De Angulo, del Nicklaus Children´s Hospital, en Miami, quien en un video explicaba sobre "unas drogas de vanguardia y nuevos métodos para la cura del cáncer, principalmente la leucemia".

Tras presentarle el caso a De Angulo, González recibió la invitación para realizar ese tratamiento en Estados Unidos, por lo que comenzó a gestionar el viaje, pero en los primeros días de marzo se cerraron las fronteras por el coronavirus.

"Desde ese momento nos fue imposible viajar a Miami", dijo José, quien explicó que su hijo recibió en el Posadas "un último intento con una quimioterapia de tercera línea", que "desgraciadamente no hizo el efecto que esperábamos".

El adolescente y su familia volvieron el jueves de la semana pasada en el avión sanitario de la provincia a Salta, donde a Nacho "ya lo tratan como un paciente paliativo", dijo su padre.

Al darle el alta médica, el hospital Posadas realizó el pedido de Blinatumomab, la droga que necesita el adolescente y que por estos días su padre gestiona ante el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

"El doctor De Angulo me dijo que, con esta droga, con la que se corren los mismos riesgos que con la quimioterapia, Nacho puede llegar a tener la oportunidad de entrar en remisión de la médula ósea. Así puede llegar al trasplante y tener una oportunidad de vida", sostuvo.

González detalló que se trata de "medicamentos muy fuertes" y la condición del niño "es delicada", tras dos años con fuertes tratamientos "sin descanso", que no dieron los resultados esperados.

"Tuvimos la suerte de encontrar un hemato oncólogo en Salta, que está dispuesto a aplicar el tratamiento con el asesoramiento del hospital de Miami", afirmó González, quien aseguró que el último laboratorio que le practicaron a su hijo "no fue muy alentador" y debieron hacerle "transfusiones de plaquetas".

"Estamos dispuestos a correr el riesgo, como lo venimos haciendo desde hace dos años, con cada quimio. Hoy las chances son menos que hace seis meses atrás, pero son muchas más que cuando comenzó la leucemia, cuando le daban apenas horas de vida. Cómo no vamos a pelear por su vida ante una pequeña esperanza más. Se lo merece", afirmó.

Nacho tiene 14 años y necesita más de un millón de pesos para un trasplante de médula

González dijo que, desde Desarrollo Social de la Nación, le explicaron que, para la compra de la medicación, se necesita una compulsa de precios de tres laboratorios, por tratarse de una droga nueva, que no está en vademécum, y hasta el momento solo se presentaron dos.

Se trata de 56 ampollas, por un valor presupuestado de $16 millones de pesos, y el tratamiento consiste en dos ciclos de 28 días cada uno, con un descanso en el medio de dos semanas.

Nacho, que tiene tres hermanitos, transita -al igual que su padre- la cuarentena obligatoria por el Covid-19, tras arribar desde Buenos Aires, mientras gestionan la costosa droga, a la que no pueden acceder por sus propios medios debido a la difícil situación económica que atraviesan. (Télam)