¿Cómo es trabajar acompañando a la mujer durante un parto?

Una doula y una partera cuentan sus experiencias asistiendo a mujeres y sus familias en ese momento tan especial. Enterate todo lo que se hace al respecto y lo que se podría hacer para que la experiencia sea más humana.

23 Sep 2017

Sandra Martínez es partera y realiza este trabajo desde hace 25 años. "Acompañar un parto ¡es emocionante! Cada uno tiene diferentes emociones lo que los hace diferentes. Lo vivo como un privilegio que me ha dado el universo, de poder compartir un momento tan íntimo y personal, tratando de percibir siempre y todo el tiempo, lo que esa mujer necesita que puede ir desde solo estar, hasta ayudar con el aliento y el cuerpo. Muchas veces se hace difícil, extenuante porque somos humanos, con miedos y emociones que hay que aprender a dejar de lado, para dar lugar a los únicos protagonistas que son la mujer y su hijo", cuenta a LA GACETA.

Nallely Velasco, es una mexicana que vive en Salta desde hace cuatro años. Conoció a su compañero salteño cuando se encontraba viajando por México. Hoy se dedica a ser doula, es decir, a acompañar a las mujeres en pre y pos parto, vocación que descubrió luego del nacimiento de su primera hija, en una cabaña de Chiapas, en México.

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“En Salta acompañé partos en casa y en clínicas. En casa fueron hermosos y en las instituciones son diferentes”, explica Nallely a LA GACETA. “Una doula no emite opinión cuando trabaja en un hospital. Si no hubo acuerdos previos entre la embarazada y sus médicos, una vez que ingresamos a la institución uno se entrega a sus reglas. Nuestra tarea es acompañar y asistir a la mujer en lo que desea y consideramos puede ayudar en ese contexto”, agrega.

Con respecto al trabajo en los hospitales Nallely explica que, según su experiencia, el trabajo es más frío y mecánico. “Una de las desventajas es que no se respetan los signos de cada mujer. Se hacen las revisiones según un cronograma establecido por ellos y no acompañan los tiempos fisiológicos de la mujer. Yo asistí a mujeres que tuvieron que deambular por el hospital durante su trabajo de parto esperando que llegue una partera cuando en realidad, lo que la mujer necesita es estar tranquila”, explica Nallely.

"En mi opinión, en la mayoría de los nacimientos de la provincia, no se respetan todos los derechos que poseen las mujeres y las familias durante el proceso de nacimiento. Si bien se ha avanzado mucho en todos estos años, falta también mucho para lograr que en la mayoría de las instituciones se asista a las mujeres y familias, viéndolas como sujetos de derecho", agrega Sandra y explica que ella considera que se debe hablar de parto respetado: "El proceso de humanización del parto ha hecho que se deje de lado lo fisiológico y natural del momento, para mecanizar la asistencia del nacimiento. Parto y nacimiento respetado, hace referencia al respeto de los derechos, por encima de lo que como profesionales, pensamos. La Ley 25.929 sobre derechos de las mujeres y sus familias, durante el proceso de nacimiento enumera cuales son los derechos que debemos respetar durante no solo el parto, sino también, durante los controles del embarazo, durante el trabajo de parto y después del nacimiento.

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“Los hospitales han salvado muchas vidas, no estamos en contra de estas instituciones, pero entendemos al proceso de parto como uno de los momentos más importantes en la vida de una mujer, de su compañero y del bebé, por eso creemos que se deberían respetar más los tiempos fisiológicos y no apresurar ese proceso”, explica Nallely y agrega que las doulas sugieren que la mujer haga la mayor parte del trabajo del parto en su casa, en donde está tranquila en su nido y puede moverse con calma en su espacio”.

"Debemos cambiar el mensaje para que las decisiones sean compartidas y con información: que las mujeres conozcan cuáles son sus derechos y los profesionales sepan que los deben respetar", explica Sandra Martínez.

Con respecto a lo que falta, Nallely responde con seguridad: “Falta información. De parte de las mujeres embarazadas y de los médicos. Yo no sé cuántos de ellos han presenciado un parto fisiológico completo. Hay que saber acompañar y no apresurar, tratar con mucho respeto, hablar con calidez mirando a los ojos a la familia. Es algo muy simple pero que no pasa como tratar al bebé con cariño, todo se hace de manera muy mecánica”.

Para mejorar la asistencia de los nacimientos en las diferentes instituciones, Sandra considera que se debe pensar como una tarea de todos los días: "Sensibilizar, sensibilizar y sensibilizar. No solo a los profesionales que tienen que intervenir durante todo el proceso, sino también a la comunidad. Durante mucho tiempo el mensaje desde el sistema de salud a las mujeres fue que no podían sin nosotros: en síntesis, que no pueden. Debemos cambiar el mensaje para que las decisiones sean compartidas y con información: que las mujeres conozcan cuáles son sus derechos y los profesionales sepan que los deben respetar".
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