Retinopatía del prematuro

30 Oct 2018
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archivo saltabebé revista

Es la primera causa de ceguera en niños en países de renta media o media/alta como Argentina. Los bebés que nacen antes de las 37 semanas de gestación pueden sufrir esta enfermedad de los ojos que afecta la retina. Cuanto menor sea su edad gestacional, mayor será el riesgo de padecerla. 

En nuestro país más de 800 niños reciben tratamiento por Retinopatía del prematuro. Entre un 10 y un 15% de los casos evoluciona con baja visión o ceguera, por lo que en el transcurso de los últimos 10 años se han acumulado 1000 niños con esta discapacidad.

La quinta parte de los casos detectados son inusuales y muchos de ellos evitables.  Se trata de aquellos chicos que no tendrían que sufrir Retinopatía o al menos no sufrirla en sus formas más graves.

No todos los hospitales están preparados y equipados para recibir bebés de alto riesgo.  Lo ideal sería que estos chiquitos nazcan en maternidades seguras para que las mamás reciban una adecuada atención, diagnóstico y tratamiento para su amenaza de prematuro y la recepción y tratamiento de estos niños en unidades que cuenten con la capacidad técnica y el recurso humano especializado.

La detección temprana siempre lleva a lograr mejores resultados, pero es cierto que aunque muchas veces se trate de manera correcta muchos chicos lamentablemente quedan con secuelas.

Presentada la patología el 90% se cura sin tratamiento y de los que necesitan tratamiento un mínimo porcentaje queda con una disminución de la agudeza visual importante. Si no se hiciera prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno habría una gran cantidad de chicos ciegos.

La prematurez muchas veces está condicionada por la decisión de los médicos en conjunto con la familia, dada una patología determinada en la embarazada o en el bebé que viene en camino. Otras veces el trabajo de parto se desencadena antes de lo previsto sin demasiado aviso, sin una causa aparente y de forma espontánea. También está el caso de “los prematuros tardíos” llamados así por los médicos asociando sus nacimientos en forma precoz con las “cesáreas programadas”. En los últimos años este tipo de partos aumentó en forma dramática sobre todo en el sector privado. Es una elección de cada mamá y como tal hay que respetarla, pero lo que deben saber es que la cesárea no debe programarse  antes de las 39 o 40 semanas de gestación y si es posible hay que esperar a que se produzca el trabajo de parto, ya que esto evita futuras complicaciones.

Ante una amenaza de parto prematuro el médico indicará la administración de corticoides prenatales y al recién nacido se lo tratará con oxígeno en forma controlada. Esta y otras acciones como la prevención y tratamiento de infecciones, la reducción de transfusiones y una buena nutrición (especialmente con leche materna), ayudan a disminuir el impacto del nacimiento prematuro sobre la visión del niño.

El diagnóstico de esta enfermedad se realiza evaluando la retina mediante un fondo de ojo. Deben ser evaluados todos los recién nacidos con peso menor a 1500 gramos al nacer y 32 semanas de gestación o menos.  Recién nacidos prematuros con mayor peso al nacer y/o edad gestacional superior a 32 semanas que hayan requerido oxígeno en cualquier momento y por cualquier cantidad de tiempo. 

Con el asesoramiento de Ernesto Alda. Médico Pediatra. Referente para la Comisión de la Retinopatía del Prematuro en Argentina. 


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