16 Dic 2014
A los chicos les encantan los dulces, y las fiestas de fin año son una tentación de nueces, confites, turrones y frutas abrillantadas difícil de resistir. Para celebrar en grande la Noche Buena y el año que comienza preparamos por lo general comidas más pesadas y abundantes. Con las celebraciones llegan los excesos y los niños son los principales afectados si no cuidamos su alimentación y seguridad.
Los argentinos estamos acostumbrados a la comida híper calórica por la influencia anglosajona. Este tipo de preparaciones es propia de los países europeos más fríos. Nuestras fiestas son calurosas ya que llegan en pleno verano. Sin embargo comemos platos calientes y cargados con mucha carne, papas y arroces y consumimos pocas verduras y frutas.
Postres, helados y toda clase de golosinas y panes completan una velada en la que seguramente comeremos más de la cuenta. Los adultos toleramos mejor estos atracones pero el estómago de un niño es más sensible y puede verse realmente afectado.
Los especialistas recomiendan para pasar las fiestas sin sobresaltos un menú que contenga verduras cocidas y crudas, y muchas frutas de estación como duraznos, sandía y ananá. Los platos fríos son una buena opción, así como las gelatinas y los postres de leche preparados en casa para los más chiquitos.
Además es muy importante mantener la higiene en la manipulación de los alimentos, cocinarlos bien y consumirlos de inmediato. Laverse las manos permanentemente y mantener limpias las superficies de la cocina ayudará a cuidar mejor de la familia.
Otra cuestión a la que tenemos que prestar especial atención es la hidratación. Es importante ofrecer líquido al bebé con gran frecuencia y mucho más los días de altas temperaturas. Además de agua podemos darle jugos y licuados de frutas, alternativas muy saludables.
Todos los años para esta época se registran en los hospitales un gran número de ingresos por quemaduras, heridas, ahogo, intoxicación y deshidratación. Además, los accidentes de tránsito se incrementan de manera alarmante. Somos los padres los que estamos a cargo, los responsables de la vida de nuestros hijos y por eso debemos extremar las medidas de prevención y moderar la ingesta de alimentos. Es la única forma de pasar una dulce Navidad y un próspero Año Nuevo.
Comentarios
NOTICIAS DE TUCUMAN
