Trabajo en negro: ¿cómo lo viven los jóvenes salteños?
El gran porcentaje de informalidad laboral afecta fuertemente a la población juvenil. Enterate por qué trabajan en estas condiciones y deciden no denunciar.
Aunque los índices bajaron, el trabajo en negro de Salta tiene el porcentaje más alto del país: el 45%. Es decir que, casi la mitad de la población salteña, tiene un trabajo informal.
Esta modalidad de trabajo, "en negro", según la Organización Internacional del Trabajo se refiere a “un empleo de mala calidad, salarios bajos, largas jornadas de trabajo, falta de acceso a oportunidades de capacitación, dificultades para acceder al sistema judicial y al sistema de protección social, incluyendo la protección para la seguridad y salud en el trabajo. Estas condiciones ubican en una situación de vulnerabilidad económica y laboral tanto a los propios trabajadores como a sus familias”.
Según la OIT las condiciones del "trabajo en negro" ubican a la persona y sus familias en un marco de vulnerabilidad económica y laboral.
La relaciones laborales pueden ser formales o informales. Dentro de esta última categoría suele existir una práctica en la cuál el empleado hace sus aportes como monotributista. "Aún así, no deja de ser una relación de informalidad", asegura a LA GACETA el contador Mariano Ramón y agrega: "El trabajador informal que se registra como monotributista por pedido de su empleador puede exigir la correspondiente indemnización porque está en su derecho de reclamar. Es una práctica ilegal que es muy común en la provincia".
Según el especialista, el gran porcentaje de trabajo informal de Salta es producto de la intención de equipararnos a Buenos Aires. "La legislación no considera los costos previsionales de forma regional e imponen un idéntico costo mensual para todas las provincias del país, reforzado aún con la última reforma impositiva nacional. En Salta no podemos tener la misma carga patronal que Buenos Aires porque no se produce igual que allá, no vendemos en iguales volúmenes y el costo no es el mismo", reconoce el contador Mariano Ramón. “Deberían existir diferentes alícuotas en el país, ya que éstas vuelven más dificultoso el blanqueo y/o regularización de trabajadores en nuestra provincia, y en definitiva resolver el mayor déficit social que tenemos respecto a Capital”, afirma.
Aunque para una empresa, desde lo económico, pueda no ser más costoso mantener un empleo en términos formales, desde lo financiero para una Pyme de la región es muy comprometedor por el costo de las cargas sociales y el efecto de no encontrarse al día. "El costo mensual de un trabajador en blanco es neutro ya que se equipara a su deducción en ganancias", asegura Ramón.
"Lo que se hace muy difícil a la hora de evaluar una regularización es el derecho indemnizatorio", finalizó el contador.
Trabajadores en negro, opinan
El cocinero de bar, con quien dialogó LA GACETA denuncia que está en negro hace siete años. La paga es por día trabajado y varía dependiendo de las horas que se hacen. “Si te enfermás y tenés que faltar no cobras”, reconoce el hombre.
Según el empleado los empresarios tienen una artimaña para eludir controles: le hacen firmar un recibo de sueldo falso en el que figura como mozo ayudante y con las horas mínimas de trabajo. “Hay días que entro a las cuatro de la tarde y salgo a las cinco de la mañana”, asegura el trabajador.
Además de él, se encuentran en la misma situación los mozos y los ayudantes de cocina.“Cuando venían los de la secretaría de Trabajo nos hacían esconder en una parte oscura del fondo, como si fuéramos traficantes”, asegura el hombre. Cuando se le consulta acerca de por qué nunca realizó una denuncia formal en alguna oficina de trabajo, el hombre afirma que denunciar no está entre sus posibilidades:
“Si denuncio me rajan, y me quedo sin llevar el pan a mi casa”.
Otra fuente reconoce que trabajó por tres años en un Sindicato de trabajadores, y siempre fue en negro. “Empecé a trabajar ahí porque era lo que me gustaba, lo que había estudiado, y son muy pocas estas posibilidades. Una vez adentro uno espera siempre que lo blanqueen, pero a mí nunca me pasó. Nunca figuré como empleado del gremio y las horas extras se pagaban en escala menor. Además, los viajes que hacíamos no eran remunerados, mis horarios no eran fijos y a veces me llamaban un domingo a las doce de la noche para que haga algún trabajo”, recalca el empleado sobre su paso por el Sindicato.
En cuanto al pago de su sueldo, al principio se realizaba a través de una factura de “servicios varios”, donde tenía que presentar los gastos que le pagaban. Su sueldo era un gasto puesto de forma ilegal en una factura.
Un año después, su empleador le pidió que haga aportes como monotributista. “Eso lo hice durante mi último año de trabajo. Y reconozco que acepté soportar todas esas cuestiones porque yo tenía mi espacio propio, me pagaban la comida y me quedaba cerca de casa. Hacía lo que me gustaba y además es difícil conseguir un trabajo de lo que uno estudió", dijo a LA GACETA.
"Lo cierto es que hay una realidad: cuando vos denunciás al empleador quedás marcado y después no te contratan si salta que denunciaste previamente”, afirmó el ex empleado.
Un ex empleado de una reconocida heladería céntrica empezó acciones legales para reclamar el dinero que le corresponde. “Nos hacen creer en la entrevista que es un trabajo en blanco, y después cobramos casi la mitad de lo que dice nuestro recibo de sueldo”. Por esto, este trabajador hizo la denuncia en la secretaría de Trabajo y ahora se encuentra a la espera del cobro de la indemnización. “Gané el juicio y me tienen que pagar todo lo que me deben”, reconoce el joven. “Nos pagaban $45 la hora, nos daban la obra social y los aportes supuestamente, pero firmamos un sueldo falso y hay horas que no declaraban”, afirma.
Para denunciar estas y otras cuestiones se puede realizar el trámite de forma anónima a través de la página oficial de la Secretaría de Trabajo de Salta, o también, desde un celular mediante la aplicación “Trabajo Salta”.
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