A perder el miedo: ¡los murciélagos no hacen mal!

A pesar de que todavía se les teme por su aspecto, una bióloga salteña cuenta porqué son de las especies que más contribuyen al equilibrio ambiental y el control de plagas.

09 Ago 2014
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BUENA COMPAÑÍA. A pesar de su aspecto algo tenebroso, los murciélagos son aliados para el bienestar del ambiente. FOTO FUNDACIÓN PSMA.

Son los marginales de los mamíferos, una de las especies que más discriminación padecen en el reino animal por su aspecto y sus hábitos nocturnos, por los mitos asociados a su estampa y la literatura que les hizo mala prensa.

Los murciélagos, ya desde su mismo nombre, padecen la confusión generalizada que hay sobre ellos. La palabra proviene del castellano antiguo y significa ratón ciego. Primer error: la gran mayoría de las más de mil especies de murciélagos no son ciegas, aunque todos utilizan la ecolocalización -al igual que las ballenas y los delfines- para ubicarse en el espacio y la noche.

En Argentina solamente existen más de 60 especies de murciélagos -en todo el territorio, excepto la Antártida- y 35 de ellas habitan en Salta. En la provincia se puede encontrar a la más grande, que se alimenta de ranas, peces y otros murciélagos; y también a la más diminuta: el micronycteris microtis o murciélago orejón andino, una variedad que vive en la yunga del chaco salteño y ha sido calificada como una de las más vulnerables.

Demoliendo mitos

Yanina Bonduri, bióloga del Programa de Conservación de los Murciélagos de Argentina, explica que la protección de los murciélagos sigue siendo una materia urgente y parte del trabajo de la fundación consiste en educar a la población para que conozcan los beneficios de su presencia en los ecosistemas urbanos y rurales, así como la difusión de información para desmitificarlos. "Muchas ideas son erróneas, producto de la literatura fantástica como Drácula, aunque para muchas culturas, como la china, el murciélago sea símbolo de fertilidad y felicidad", dice la especialista y agrega que buena parte de su mala prensa se debe al aspecto que tienen y el miedo que genera en la gente.

Otra idea falsa es que los murciélagos chupan sangre. En realidad, solo algunas especies son hematófagas, mientras que la gran mayoría son insectívoras, nectarívoras y frutívoras. "De las mil variedades que existen, solo tres se alimentan con sangre" y no lo hacen succionando sino haciendo un corte y lamiento esa herida, que mantienen sin coagular gracias a una sustancia que tienen en su saliva y que se está investigando para aplicar en tratamientos cardiovasculares.

Hasta en eso hacen bien estos mamíferos, que tienen más semejanzas con las personas que con los roedores, a pesar de que se los sigue llamando ratones alados y se los combata como una plaga. De hecho, los seres humanos son su mayor depredador y el miedo que despiertan con sus rasgos de proporciones extrañas es la causa de su condena. 

El contagio de rabia tampoco es frecuente entre estos mamíferos y los humanos, ya que solo el uno por ciento de los murciélagos pueden enfermarse y cuando lo hacen la mortalidad es tan veloz que no llegan a generar contagios fuera de su propia colonia. De todas maneras, Bonduri recomienda evitar el contacto directo con ellos, tanto como con cualquier animal silvestre.

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