Crítica de cine: Guasón, a la altura de una obra maestra

03 Oct 2019
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Drama/thriller - PM18 - 121’

Excelente

Origen: EEUU/Canadá, 2019. Dirección: Todd Phillips. Con: Joaquin Phoenix, Zazie Beetz, Frances Conroy, Robert De Niro, Brett Cullen, Marc Maron, Brian Tyree Henry. Guión: Todd Phillips y Scott Silver. Fotografía: Lawrence Sher. Música: Hildur Guðnadóttir.

“Sólo tengo pensamientos negativos”, afirma Arthur, un tipo triste, con problemas mentales y que padece una especie de síndrome de Tourette, mientras sueña con ser standapero en una Ciudad Gótica desbordada por las ratas gigantes y la basura. Ese es el leitmotiv de “Guasón”.

Pobreza, enojo, desperdicios y alimañas enormes son algunos de los problemas que sufre Ciudad Gótica, el hogar de Arthur Fleck. Su ídolo es Murray Franklin, un exitoso presentador de talk shows. Con su risa inoportuna y perturbadora, Arthur irá liberándose: de cuidar a su madre enferma se transformará en un asesino convencido de que existe sólo después de matar.

No es una típica película de superhéroes y villanos, de hecho Batman no aparece, aunque sí se construye un vínculo con la familia Wayne. “Guasón” tiene el estilo de un film independiente pero con el apoyo de una major como Warner Bros. Son marcadas las referencias al cine de Martin Scorsese y sobre todo a su película “El rey de la comedia”, en la que Robert De Niro era Rupert Pupkin, un personaje falto de amor que terminaba mezclando realidad con ficción mientras buscaba sus 15 minutos de fama como comediante en el programa de Jerry Langford (interpretado por Jerry Lewis). El paralelismo es inevitable.

Narrativamente no es el Guasón de los cómics originales, sino un elseworlds (publicaciones de diferentes personajes de DC ubicados en tiempos y lugares diferentes). Este tratamiento favorece a la película, porque nos trae una versión mucho más humana, interesante y atrevida del payaso asesino.

A lo largo del filme, Todd Phillips subraya cómo los condicionamientos sociales (un Estado corrupto que abandona la asistencia a los más necesitados y un pueblo cansado de las diferencias socioeconómicas) pueden hacer estragos en una personalidad violenta y construir un séquito impensado para Arthur.

Joaquin Phoenix luce en el esplendor de su carrera con momentos brillantes e intensos, dignos de un Oscar, entregado por completo a su personaje, a la perturbación mental y a los delirios que le provoca: adelgazó 20 kilos para la película.

Claro que los esfuerzo del actor no hubiesen valido sin la visión de Phillips y la forma en la que nos muestra las alucinaciones del personaje. La fotografía de Lawrence Sher y la música de Hildur Guðnadóttir generan climas que impactan y hacen de “Guasón” una verdadera obra de autor. A lo mejor este es el camino que debe tomar la Warner: remontar versiones pasadas de personajes de DC Comics que estuvieron mejor resueltas en las producciones animadas para sacarle ventaja a la competencia.

Apenas empezada la película vemos un primer plano de Phoenix, de una duración más larga de lo habitual, haciendo la característica risa del Guasón. Risa que puede ser incómoda, contagiosa, angustiante, irritante; que muchas veces se convierte en una especie de llanto raro y que al espectador le genera sensaciones encontradas. Son las respuestas que el cuerpo le ofrece al “Guasón” y convierten a la película en una obra maestra de Hollywood, aunque de Hollywood no tiene nada.

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Martin Scorsese
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