En algunos municipios de la provincia la transición es una deuda pendiente

En Pichanal el intendente electo todavía no logró reunirse con Julio Jalit y en Tartagal, Mimessi pidió una auditoría para saber en qué estado dejan las cuentas los hermanos Leavy.

21 Nov 2019
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TIEMPO DE CAMBIOS. En algunos municipios la intendencia cambiará de mando después de 28 años

Al día siguiente de las elecciones generales, el actual mandatario provincial, Juan Manuel Urtubey, recibió a Gustavo Sáenz, gobernador electo, en el Centro Cívico Grand Bourg para iniciar la transición del poder provincial. Días después, el intendente capitalino hizo lo mismo con Bettina Romero para analizar el estado del municipio. Pero en otras localidades estos comportamientos republicanos parecen lejanos.

En Pichanal, el intendente electo, Sebastián Domínguez, todavía no logró reunirse con Julio Jalit para iniciar la transición. “Intenté comunicarme con él y no pude”, dijo el actual legislador provincial y remarcó: “Sería bueno saber que hizo con el municipio durante estos 16 años y saber qué me va a dejar”.

En diálogo con LA GACETA, Domínguez denunció que para tratar de lograr la reelección Jalit “compró votos y gastó una importante cantidad de dinero” y sostuvo que todo eso debe investigarse. En esta sintonía, el diputado remarcó que confirmado el resultado de las urnas el actual intendente de la localidad norteña dejó en la calle a trabajadores municipales y no está llevando agua potable a los vecinos del chaco salteño.

En Tartagal, Mario Mimessi expuso situaciones similares. El diputado provincial e intendente electo presentó una nota formal en la Auditoria General de la Provincia para solicitar ante el organismo de contralor un informe detallado sobre el estado del municipio tras la gestión Leavy.

Diez días después de las elecciones que lo convirtieron en jefe comunal del municipio cabecera del departamento San Martín, Mario Mimessi logró reunirse con el intendente interino Eduardo Leavy.

Esa reunión sirvió para programar reuniones entre los dirigentes y sus equipos técnicos y de esta manera alcanzar un cambio de mando responsable en el municipio. “Es deber de la administración pública ser controlada, más que una denuncia”, remarcó Mimessi después del encuentro.

En La Merced, la transición sigue siendo una cuenta pendiente. “El domingo cuando gané pude hablar con el intendente y se comprometió a llamarme para reunirnos, pero no pasó nada todavía”, dijo Javier Wayar sobre quien lleva 28 años al frente de ese municipio.

El dirigente, que se quedó con la intendencia después de una convulsionada campaña en la que fue víctima de un violento hecho, afirmó a LA GACETA que solo tiene un poco de información que va recabando a través de los empleados municipales y detalló lo complicado que le resulta conseguir datos aun siendo concejal de la localidad.

“Días atrás presenté un pedido de informe para saber cuántos empleados trabajan en el municipio y me respondieron a medias”, dijo Wayar sobre la gestión de Juan Ángel Pérez.

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