"Me siento un afortunado en poder abrazarlo al Señor del Milagro"

Rosendo Torres es uno de los encargados de llevar en las andas al Cristo crucificado durante la procesión.

01 Sep 2014
1

COLABORADOR. Rosendo Torrres cambió su vida y hoy camina junto al Señor del Milagro. FOTO LA GACETA/FACUNDO RODRÍGUEZ

Rosendo Torres integra la Hermandad del Señor y la Virgen del Milagro hace 20 años. Es el encargado de cargar y llevar al Señor del Milgaro: "Cada año que me toca hacerlo me emociono como la primera vez, me tiemblan las piernas cuando lo veo".

Desde hace años es uno de los encargados de bajar del Altar al Señor y llevarlo durante la procesión, "Me siento un afortunado en poder abrazarlo, ¿Sabes cuántas personas querrían estar en mi lugar?", sostuvo.

Torres relata a LA GACETA que hace pocos años, al bajar las imágenes del templo sagrado, sintieron que se rompieron las andas para llevarlo en procesión al Señor y empezó a moverse de un lado al otro. "El Milagro tiene eso, no sé como hicimos para llegar hasta el Monumento 20 de Febrero con las andas quebradas y con una imagen a cuestas tan pesada", se acordó. En esa oportunidad, para el regreso de la imagen a la Catedral, cambiaron las andas.

Su historia junto al Milagro comenzó cuando hace 20 años perdió su empleo y estuvo desocupado durante varios meses. Un día su esposa le pidió la acompañara a rezar a la Catedral, Torres no era católico ni estaba bautizado, pero fue con ella. Mientras su señora rezaba a los pies del Señor, él se quedó en silencio, mirándolo.

Al salir de la Catedral se produjo un cambio en su vida: "Sentí la necesidad de rezar, no lo podía explicar en palabras, me sentía con mucha paz", cuenta Torres. Desde ese día se acercó a la religión, se bautizó y cumplió con todos los sacramentos que establece la Iglesia Católica. "A pesar de estar desempleado, todos los días rezaba pidiendo por los pobres del mundo", dijo.

De tanto asistir a las misas en la Catedral Basílica, un día, Monseñor Mario Cargnello le ofreció que sea su chofer para misionar en el interior de la provincia. Desde ese día se acercó a la iglesia y no se desprendió de las imágenes del Señor y la Virgen.

Desde hace años es uno de los encargados de bajar del Altar al Señor y llevarlo en andas durante la procesión, "Me siento un afortunado en poder abrazarlo, ¿Sabes cuántas personas querrían estar en mi lugar?", dijo.

Historia de fe

Entre los testimonios más fuertes de fe que vivió a lo largo de sus años junto al Milagro, Torres comentó que "el Milagro tiene esas cosas maravillosas que a veces no se pueden explicar con palabras, son hechos".

Torres recuerda el caso de compañera de trabajo que no podía quedar embarazada. "Cuando la ví a su hija le dije ¿Por qué no te encomendas al Señor y la Virgen? ellos te van ayudar", relata. Después de un año volvió a ver a la mujer que le contó que su hija había quedado embarazada.

En Esta Nota

Salta
Comentarios