“Me parece más difícil hacer los guiones que los dibujos”

El dibujante Juan Giménez habla de sus inicios en el comic y explica cómo ayuda a los alumnos que quieren aprender a dibujar.

04 Nov 2014

Hay personas que piensan en (y con) imágenes. El cineasta Alfred Hitchcock se jactaba justamente de eso: “yo tengo pensamiento visual”, decía. En Salta, el dibujante Juan Giménez parece tener esta característica. “Empecé a dibujar por imitación. Veía a mi hermano mayor que dibujaba. Me acuerdo que él tenía unas figuritas de Robocop, las copiaba y quería que me salgan igual de bien que a él, y se ve que me copó más, porque al poco tiempo él dejó de dibujar y yo seguí”, dice a LA GACETA.

De chico, Giménez consumía más dibujos de la televisión que de revistas. Afirma que lo primero que recuerda haber visto con mucho interés fue la serie de dibujitos de Spiderman de los 90 y después Dragon Ball, la serie de animé. No pasó mucho tiempo para que Giménez se enterara que eso que veía en la tele venía de otro lugar, que antes habían sido publicadas en papel y ahí sí empezó a buscar y leer historietas, algo que sigue haciendo ahora: leyó todo Sandman en su celular.

En ese momento también se dio cuenta que no le pasa a todos los chicos: que un niño empiece a preguntarse quién está detrás de eso que le gusta. “Empecé a consumir esas historietas y a identificar quién dibujaba. Sobre todos los dibujantes, después fui consciente de los guiones y me empecé a dar cuenta que me gustaban más, y al mismo tiempo me parecían más difícil de hacer que los dibujos”, señala.

Confiesa que todavía le resulta más difícil escribir algo y que sea entendible que dibujar algo.

Entre hacer bien algunos dibujos sueltos y pasar a construir una historia en varias viñetas, hay un abismo. Su primera historieta la hizo a los doce años. Ya consumía este género, seguía algunos títulos y se dijo “capaz que a mí también me sale”. Armó unos fanzines, aunque nunca los editó, quedaron solo en lápiz. Dice no saber, ahora que tiene 28, donde están esos dibujos. Al tiempo hizo un taller con Lippe Mendoza, quien vio algo que le gustó y lo publicó en la revista Continuará: era una adaptación adaptación de un cuento de Alejandro Dolina, que había hecho como ejercicio.

Estudió diseño gráfico y de eso trabaja. También pasó dos años por la carrera de Letras, de la Universidad Nacional de Salta. “Es que tuve una época en que solo dibujaba y hacía diseño y me dije 'se me está atrofiando la mente, me estoy olvidando de cómo pensar', así que pensé que era un buen ejercicio meterme en Letras para leer y ver si podía ejercitar esa parte del cerebro…después dejé. Lo que pasa es que me interesaba la parte literaria y la parte literaria ocupaba un espacio muy reducido dentro del plan de estudio. La parte lingüística era buenísima, pero no era lo que yo quería hacer”, declara.

Ahora da clases en el taller Egoss, junto a Eleonora Kortsarz y al guionista Luis Castro, con quien formó dupla en más de una ocasión. “No tengo un método para enseñar… lo que yo hago es ver los dibujos de los chicos y decirles qué pueden mejorar, es mostrar el camino que hago para llegar al resultado. Tratar de hacérselos lo más fácil. No tengo la parte pedagógica, así que corrijo, porque tengo el ojo más entrenado, tengo un poco más de práctica y puedo ver cosas que por ahí ellos no detectan”, dice.

Juan Giménez elige sus cinco comics favoritos. En un momento titubea, porque quiere incluir un argentino; pero luego da marcha atrás. Este es su top five:

Watchmen: “es una locura, desde lo visual es muy simétrica, ves cada página y tiene unas construcciones desde los paneles, están todos construidos hasta el último detalle. Hay muchas páginas que son simétricas, empiezan con un panel y termina la página con un panel repetido o espejado.

Preacher: “nunca me había pasado con una historieta de no poder dejar de leerla. Y aparte está dibujada impresionantemente”.

Dragon Ball: “en cuanto a dibujo y aventura es impresionante. Akira Toriyama me parece uno de los mejores dibujantes de todo el mundo.

Akira: el manga es muy superior a la película. Es una locura. En cuanto a dibujo y complejidad de dibujo, es impresionante.

Sandman: “el dibujo es malo, pero está muy bien escrito”.

En Esta Nota

Salta
Comentarios