Marcelo Alejandro Torrico –el convicto condenado a cadena perpetua por el crimen de los hermanos Melanie y Marcos Leguina-, volvió a burlar la seguridad del penal de Villas las Rosas. En las últimas horas se filtraron fotos del presidiario vestido con el uniforme de un guardiacárcel y desde el Servicio Penitenciario aseguraron que “es algo que no sorprendió”. Puertas adentro, dos oficiales fueron apartados de sus funciones.
En las fotos, Torrico aparece vestido de pies a cabeza con el uniforme de uno de los oficiales, aparentemente encargado de custodiarlo en el sector “R” del pabellón, en la celda de máxima seguridad donde está alojado.
Según Martín Martínez, subsecretario de Políticas Criminales y asuntos Penitenciarios, se inició una investigación para determinar si Torrico contó con la complicidad de dos oficiales e investigar, si así fuere, los vínculos que mantenía con ellos. Sin embargo, en rueda de prensa, aseguró que “es algo que no ha sorprendido, ya veníamos manejando la información”, haciendo mención a las relaciones que se darían dentro del penal.
El funcionario no descartó que el preso accediera a estos “privilegios” a cambio de dinero, pero dijo que se inició una profunda investigación para determinar responsabilidades.
Los escándalos de Torrico
El viernes 20 de noviembre hallaron un celular en su celda, valuado en $10.000, que habría sido utilizado para mantener contactos con el exterior. Fue encontrado en una requisa sorpresiva en el pabellón “R” de la Unidad Carcelaria N°1 y por su secuestro, el interno fue puesto a disposición superior. Pero ¿quién es Marcelo Alejandro Torrico?
En diciembre de 1999 fue condenado a prisión perpetua luego que la Justicia comprobara su participación en los secuestros de los hijos de Miguel Ángel Leguina, como venganza de una supuesta “mexicaneada”. Melanie, de nueve años, y Octavio de siete, fueron secuestrados el 3 de mayo de 1998. Diez días después, la Policía halló los cuerpos.
El 1 de enero de 2006, junto a su compañero de celda, se fugó del penal. De acuerdo a las investigaciones, Torrico contó con la complicidad de 15 guardiacárceles. Fue detenido nuevamente el 30 de agosto de ese año, en Buenos Aires, después de romper la vidriera de una tienda de celulares, en Retiro.