MUSEO. Por Vanesa O’ Toole.

15 Oct 2018
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Ilus, por Marina Barranco.

ÚLTIMO MOMENTO

Salta. Horror y conmoción por desaparición de momias de los tres niños


Pérez Núñez, culpable de robo y asesinato, podría ser nuestra única esperanza.


“No robé las momias. Me las llevé para devolverlas a su lugar de origen”, confesó en su diario Enrique Pérez Núñez, quien se declaró culpable del delito. “Las momias no son parte del patrimonio cultural local, son ofrendas a los dioses y hay que devolverlas si no queremos desatar su ira”.

Pérez Núñez es estudioso amateur de mitologías antiguas. La policía explicó que jamás tuvo problemas con las autoridades hasta que los vecinos denunciaron un olor nauseabundo que salía de su casa. El horror se desató al irrumpir en la vivienda.

“Venían desapareciendo chicos en el barrio, pero nunca imaginamos que podían estar en esa casa. El tipo está loco. No solo mató a esas pobres criaturas sino que las momificó. Catorce eran. ¡Catorce chicos, Dios bendito!”, relató una vecina a este diario.

Pérez Núñez detalló en su cuaderno personal que la técnica que utilizó para momificar a los chicos secuestrados fue la de los antiguos egipcios. “Con un gancho de bronce, les extraje el cerebro por la nariz. Después, les saqué las vísceras: el hígado y el intestino. Guardé todo en vasijas y traté de perfumar los cuerpos y la habitación, pero el hedor a cadáver no fue fácil de disimular. El problema mayor fue cuando puse las momias en el patio para secarlas al sol; el olor se hizo más intenso y los vecinos empezaron a sospechar”.

Pero el horror no solo repercutió en el barrio sino que se extendió a varios kilómetros de distancia, cuando un hecho en principio no relacionado se hizo eco de las noticias.

“Vinimos a Salta de paseo y visitamos el museo. Nos llamaba la atención las tres momias recientemente descubiertas”, contó Silvia Fernández, turista chubutense. “Fue impactante. De repente, la piel de quien debía ser la doncella comenzó a caerse, descompuesta. La otra momia hizo un sonido sordo, como si estuviera viva dentro de ese cuerpo putrefacto y gritara. Y de hecho, lo estaba”, indicó con lágrimas en los ojos.

“Cuando preguntamos a las autoridades qué estaba pasando, nos vimos envueltos en un escenario terrorífico. Esos chicos no eran las tres momias originales sino niños momificados recientemente por un psicópata siniestro y despiadado”, argumentó Daniel Fernández, hermano de la turista chubutense.

Las autoridades del museo denunciaron la noche anterior movimientos extraños en el lugar. Nunca imaginaron que Pérez Núñez había ingresado al recinto para robar las momias y cambiarlas por tres nuevas. En el museo se encontró ADN del sospechoso y fue así que la Policía llegó a casa de Pérez Nuñez donde, además de encontrar a los niños en estado de descomposición, se corroboró en sus cuadernos que la cantidad de secuestrados fue de diecisiete aunque solo se encontraran catorce.

Actualmente, Pérez Núñez se encuentra prófugo. La policía estima que va rumbo al volcán donde se hallaron las tres momias, a más de 6.000 metros de altura, para restituirlas como ofrenda a los dioses, según lo escrito por él en su diario.

Tras la repercusión de la noticia, místicos del mundo entero armaron cadenas de oración por el descanso en paz de las víctimas fatales. “Ya nada podemos hacer por ellos, pero por el bien de la humanidad entera, que Pérez Núñez ponga a esas momias en su lugar.

Es la única manera para que la plaga no nos extermine como raza”, declaró el secretario de Salud, ante el reciente brote de cólera que ya se ha cobrado un tercio de la población mundial.

“La primera vez que vi a las momias en el museo presté atención a cada detalle. Entre los objetos que encontraron con ellas descubrí un mensaje oculto. Supe entonces que yo era el elegido para descifrarlo y que si no les devolvía las momias antes de la fecha estipulada, los dioses, extraterrestres o como quieran llamarlos, exterminarían a la humanidad entera”, escribió Pérez Nuñez casi al final de su diario. “Me declaro culpable de haber asesinado a esos niños. Pero que sea Dios quien me juzgue si con mi aberración logro salvar al menos a un puñado de la población de la ira de estos seres. Primero desatarían la peste. Después, el canibalismo. Y al final, esclavizarán a los pocos humanos que queden. Lo hacen por diversión, porque no son los dioses que conocemos sino tentáculos que se extienden desde otra dimensión para entretenerse con nosotros. Somos marionetas y ellos manejan los hilos. Voy a darles lo que quieren, aunque se me vaya la vida en esta tarea y el mundo me odie por eso”.

Esta mañana, se han dado a conocer los primeros casos de canibalismo en Colombia, Hungría e Indonesia. En palabras del secretario de Asuntos Internacionales, “las momias siempre traen una maldición. Y si bien Pérez Núñez es culpable de un hecho aberrante, ha actuado por un bien mayor. Guardamos esperanza en él y, por el bien de la raza, que por favor cumpla su misión”, finalizó.



Texto: Vanesa O’ Toole.

Ilustracion: Marina Barranco.


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