COMO JUEGAN LAS NIÑAS. Por Wielka.

16 Oct 2018
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Ilus por Josue Dorate


Como juegan las niñas


La casa de Julia se encontraba al costado de la carretera. Del otro lado se extendía un bosque; a donde sus padres le permitían ir a jugar siempre y cuando no se internarse demasiado en la espesura. No tenía hermanos. Y se habían acostumbrado a no tener vecinos. Sin embargo, una mañana llegó una casa rodante a instalarse, allí no más a metros, de su casa.

Julia se hamacaba y  su madre tendía la ropa.

La niña cesó de hamacarse y vio que del vehículo bajaba un hombre y un niño. Más tarde sabría que el hombre se llamaba John y que el niño, era niña y se llamaba Brenda.

Pronto las dos chiquilla entablaron estrecha amistad. Juntas jugaban y juntas crearon un lugar en el bosque.

Entonces una mañana Brenda, invitó a Julia a jugar; no como siempre. Esta vez estaba muy entusiasmada. Brenda era extrovertida, inquieta, curiosa y para su edad llegaba a ser sarcástica, algo que Julia aún no lograba comprender del todo, pero que le hacía mucha gracia.

Brenda tomó a Julia de la mano y cruzaron la carretera. Atravesaron unas zarzas, y varias arboledas; un arroyo y una colina. Estoy segura de que fueron muy lejos. Más de lo que sus padres le permitían.


Y luego allí,  junto a un claro, Julia lo vio. Su amiga había armado una casucha con maderos viejos, plástico y una trozo de puerta descascarada.


-No te parece increíble? Preguntó Brenda.

-Es sencillamente hermoso! Respondió Julia; quien con paso tierno se aproximó al castillo. Descorrió una roída cortina he ingresó apenas agachada al lugar. Brenda la siguió.

-Mira- dijo tomando un cofre de madera- aquí guardaremos nuestros tesoros.

La tímida voz de Julia se escuchó -Puedo poner un tesoro ahora?-

- Sí, claro que puedes!- respondió su amiga.

Brenda metió la mano en su delantal y extrajo una foto.

-Ella quién es?- interrogó Brenda mientras se sacaba un moco.

- Ella es Marilyn Monroe, la mujer más bonita del país y del mundo. Siempre tengo su foto conmigo. Y algún día quiero ser como ella, y pintar mis labios muy rojos.

Brenda se encogió de hombros, esas cosas nunca le había interesado mucho. Pero noto que a Julia se le empañaban los ojos. Y se sintió desconcertada, porque parecía no haber motivo.

-Tu no necesitas ser como otra persona- se le ocurrió decir- tu estás bien cómo estás. Bueno eventualmente creceremos. Pero no tengo prisa- expresó riendo.


Los días del verano americano se volaron con el viento de septiembre. Las niñas siguieron con sus diversiones en el bosque, pero una mañana en la que Julia fue a buscar a su amiga, esta la recibió apesadumbrada.

- Mi padre y los tuyos desarmaron nuestro casa- Dijo Brenda- Fue porque dicen que es peligroso que juguemos tan adentro del bosque. Tengo la caja de de los tesoros, pero creo que se cayó la foto de Marilyn.

Julia miró a su amiga primero con horror, luego estalló en llanto y salió corriendo.

Brenda quiso detenerla, corrió para cruzar la carretera.

Todo sucedió en un instante imposible.

El conductor del vehículo intentó esquivarla.

-Julia!- el grito de Brenda se ahogó en en la tragedia, alcanzó a empujar a su amiga Julia quien rodó hasta el otro lado y quedó tendida y aturdida.


Todo fue confusión. El conductor descendió del coche espantado y tomándose la cabeza. John lloraba a gritos implorando al cielo. Los padres de Julia corrieron a su lado.

El tiempo parecía detenerse.

Julia pasó junto a sus padres y se detuvo frente al cuerpo de su amiga muerta, se agachó junto a ella y untó el dedo con la sangre que le empapaba la frente y lo pasó por sus pequeños labios.

-No nos queda nada, Brenda-  dijo- Aunque al menos tengo el rojo de esta sangre- murmuró como si fuese un secreto.


Las horas no dejaron de pasar, y la tarde llegó y de a poco anocheció una vez más en aquel condado del país de las bandas y las estrellas.


Texto:Wielka Write.

Ilustración: Josue Dorate.




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